Pues aquí estamos, escribiendo una entrada en este blog que se convirtió en mi refugio personal (aunque no tan personal) para todas aquellas veces en que necesitaba alguien con quien hablar. Sinceramente, para mí el paso de hoy a mañana, es decir, un nuevo año no tiene ningún significado para mí. Siento que pasamos de un día normal, un día como otro cualquiera, a otro día normal.
No obstante, este año han pasado cosas que me gustaría reflejar aquí, cosas referentes a mi vida...
La verdad que cuando entré a la uni, toda ese esfuerzo, capacidad de trabajo que me caracterizaba y que muchos de mis profesores habían alabado en Bachillerato se fue, por decirlo de alguna forma, por el retrete. A día de hoy sigo sin ser capaz de entender muy bien el porqué, pero supongo que fue por entrar a un mundo totalmente nuevo, totalmente desconocido para mí. Ya no valían las reglas que apliqué en Bachillerato respecto a mi forma de estudiar, respecto a mi forma de ver las cosas... En definitiva, había que madurar otra vez. A priori, mi primer año fue desastroso, hasta el punto de haber suspendido ocho; no obstante, conseguí levantar un poco el vuelo y recuperé cinco. Me dije a mí mismo que eso no podría volver a repetirse; sin embargo, el primer semeste del segundo año fue igualmente desastroso, incluso diría que hasta peor.
Todo cambió en el segundo semestre de ese mismo año, cuando conocí a una personita llamada Lala. Como ya escribí una vez, la primera vez que la vi, su rostro me embriagó una sensación de calidez que nunca antes había sentido; sin embargo, sentía que estaba lejos, fuera de mi alcance (cuán equivocado estaría unos meses después y cuán acertado pasado un tiempo). Me había enamorado, y en ese momento no llegué a imaginar que mis sentimientos serían correspondidos de esa manera. Conecté con ella como no había conectado con alguien en mi vida. Ella y su perrita se llegaron a convertir en mi segunda familia (por no decir mi familia). Cuando estaba con ellas, me sentía realmente como en casa, sentía que por fin había encontrado un hogar. Ella me cambió. Consiguió que me pusiera las pilas, que estudiara... Venía a verme a la biblioteca, venía para que estudiáramos juntos, estudiábamos juntos por las noches (quién lo diría, yo estudiando por las noches...), me regaló un conejito rojo con bombones dentro sin venir a cuento, etc. En definitiva, me cambió. Conseguí aprobar 7 en el segundo semestre, recuperando las pendientes de primero y dejándolo limpio. Conseguí muchas cosas gracias a ella. Nunca antes nadie se había portado tan bien conmigo... Y, pese a esto y pese a haberme dado cuenta aún más después de que se fuera de lo especiales que ellas dos eran para mí, la hice llorar...
Y su perrita, Oli... Hace tiempo mi madre me dijo que los pajaritos me querían mucho (supongo que por las experiencias que tuve con algunas crías), y llegué a pensar que podría tener una conexión, un vínculo con los animales. Nunca llegué a creérmelo del todo; no obstante, sí creía que ese tipo de conexión con los animales podía existir. Y, entonces, la conocí. Lala me dijo que la perrita no se acercaba a los hombres, que siempre se escondía detrás de ella... Y, el día que me invitó a subir junto a su mejor amiga a su casa me sorprendí. No se escondió, casi que vino a saludarme. No obstante, lo que realmente me quedó grabado a fuego fue el día que tocaba marcharse a casa después de haber estado día y medio con ellas dos. En el momento de irme, concretamente cuando estaba subiendo al coche, vi algo que nunca olvidaré, algo que me llegó a lo más profundo de mi ser: La perrita estaba tirando de la correa, tirando de la dueña porque no quería que me fuera... Después, ya en casa, me dijo que ella creía que siempre había existido tal conexión con los animales, que ellos podían saber cuándo una persona era especial, y que ella lo sabía mucho antes que la perrita. No sabéis cuán emocionado y especial me pude sentir en ese momento.
Desgraciadamente, todo se jodió. Fui un gilipollas. Pese a ser mi familia, pese a ser ella la persona más importante de mi vida y con quien quería pasar el resto de mi existencia, la cagué y se alejó de mí... Aun así, algún que otro día pude ver a la perrita antes que se jodiera del todo (aún no llego a enteder el porqué).
Amo a los animales, me encanta la naturaleza... Para mí, los lazos que desarrollé entre los animales se llegaron a convertir en algo más importante que los lazos que pudiera tener con las personas; a fin de cuentas, siempre eran las personas las que me hacían daño... Sinceramente, creo que ella es la única que llegó a entender eso. Siquiera mi familia...
A día de hoy, todavía las echo de menos. Desde lo más profundo de mi corazón, puedo decir que os amé, os amo y os amaré por siempre. Muchas gracias de todo corazón... Dudo mucho que algún día alguien pueda llenar el vacío que dejasteis en mi corazón al marchar...
Cómo no, tampoco me quiero olvidar de los machos y peludos que conocí en mi primer año en la universidad. La verdad que es el primer grupo con el que me siento a gusto y del que no he tenido que irme... ¡Gracias!
"A veces necesitamos recordar que un amanecer dura sólo unos minutos, pero su belleza puede arder en nuestros corazones para siempre" -Drizzt Do'Urden- (R.A. Salvatore)
31/12/13
11/11/13
Cuando las cadenas paralizadoras del concepto "para siempre" se rompen...
"Mis pensamientos se me antojan inalcanzables, como serpientes reptantes que se enroscan y se desenroscan unas encima de otras, encogiéndose y disparándose hasta quedar fuera de mi alcance.
Se hunden en aguas tenebrosas donde no puedo seguirlos.
Una de las verdades más extendidas de la vida es que todos damos por sentadas cosas que son, así, sin más. Una vez trasncurrido el tiempo suficiente, un cónyuge, un amigo, una familia o un hogar pasan a ser la normalidad aceptada de nuestras vidas.
Hasta que no nos enfrentamos a lo inesperado, hasta que lo normal desaparece, no llegamos a apreciar realmente lo que antes tuvimos.
He dicho esto, he reconocido y sentido esto tantas veces...
Sin embargo, otra vez siento que me tambaleo, y las serpientes se deslizan por mi lado, se burlan de mí.
No puedo darles alcace, no puedo desenredar sus cuerpos entrelazados.
Lo mismo sucede con la persona enferma que de repente debe enfrentarse a la mortalidad, cuando las cadenas paralizadoras del concepto "para siempre" se rompen. Cuando el tiempo se acorta, cada momento se convierte en algo importante. A lo largo de mis viajes he conocido a varias personas que, cuando un clérigo les dijo que no les quedaba mucho tiempo de vida, me confesaron que su enfermedad era el mayor acontecemiento de su existencia. Insistían en que los colores se volvían más vívidos, los sonidos más agudos y significativos y placenteros, y las amistaes más entrañables.
La ruptura de la rutina normal da nueva vida a la persona. Esto es paradójico, teniendo en cuenta que, al fin y al cabo, el catalizador es la inminencia de la muerte.
Sin embargo, aunque lo sabemos, aunque seamos personas curtidas, no podemos prepararnos para esto."
Drizzt Do'Urden.
R.A. Salvatore.
Neverwinter III - La Garra de Charon.
Se hunden en aguas tenebrosas donde no puedo seguirlos.
Una de las verdades más extendidas de la vida es que todos damos por sentadas cosas que son, así, sin más. Una vez trasncurrido el tiempo suficiente, un cónyuge, un amigo, una familia o un hogar pasan a ser la normalidad aceptada de nuestras vidas.
Hasta que no nos enfrentamos a lo inesperado, hasta que lo normal desaparece, no llegamos a apreciar realmente lo que antes tuvimos.
He dicho esto, he reconocido y sentido esto tantas veces...
Sin embargo, otra vez siento que me tambaleo, y las serpientes se deslizan por mi lado, se burlan de mí.
No puedo darles alcace, no puedo desenredar sus cuerpos entrelazados.
Lo mismo sucede con la persona enferma que de repente debe enfrentarse a la mortalidad, cuando las cadenas paralizadoras del concepto "para siempre" se rompen. Cuando el tiempo se acorta, cada momento se convierte en algo importante. A lo largo de mis viajes he conocido a varias personas que, cuando un clérigo les dijo que no les quedaba mucho tiempo de vida, me confesaron que su enfermedad era el mayor acontecemiento de su existencia. Insistían en que los colores se volvían más vívidos, los sonidos más agudos y significativos y placenteros, y las amistaes más entrañables.
La ruptura de la rutina normal da nueva vida a la persona. Esto es paradójico, teniendo en cuenta que, al fin y al cabo, el catalizador es la inminencia de la muerte.
Sin embargo, aunque lo sabemos, aunque seamos personas curtidas, no podemos prepararnos para esto."
Drizzt Do'Urden.
R.A. Salvatore.
Neverwinter III - La Garra de Charon.
5/11/13
¿Es hora de partir, hora de dejar todo atrás?
Mi forma de reaccionar ante las cosas se ha ido convirtiendo, con el paso de los años, en algo frío y seco, en una explosión de sentimientos que escapa a mi control. Otrora era una persona distinta; para bien o para mal, he cambiado, el tiempo me ha cambiado...
Sinceramente, me gustaría poder cambiar eso, poder corregir ese defecto latente y presente en mi día a día, presente y latente cuando las cosas se tuercen...
Ya intenté cambiarlo una vez. Me aislé para intentar encontrar una respuesta a esas dudas que asaltaban mi mente: ¿Qué podría hacer para cambiarlo? ¿Podría cambiarlo? Sin embargo, aquello me llevó a perder a la persona que llegué a considerar como la más importante de mi vida, persona que dejó un vacío que aun hoy en día es difícil de llenar. Llegué a pensar, inocente de mí, que ella lo entendería, que entendería que era una batalla que sólo yo podía librar. Aunque estaba equivocado en eso, también me equivoqué en creer que me entendería. De todas formas, pienso, y aún sigo creyendo, que esa persona entiende mejor que nadie lo que es aislarse del mundo...
Una parte de mi forma de ser también puede hacer daño a la gente. Por esa razón me aislé, quería cambiarme a mí mismo para no hacerla daño. Ojalá lo hubieras entendido, Lala...
Sin embargo, a día de hoy las dudas no han hecho sino aumentar. Si vuelvo a hacer lo mismo, tengo miedo de perder a alguien más, alguien importante para mí. Si no lo hago, tengo miedo de que esa parte de mí sea la que me haga perder a alguien.
Supongo que lo único que me queda es seguir adelante. No vivir en ese pasado remoto, pero sin dejar de mirar a él para intentar no cometer el mismo error en el presente; al menos, no con la misma magnitud.
Supongo que, al final, te cansas de perder a tanta gente. Terminas por encerrarte en ti mismo esperando... nada. Al final, terminas por desaparecer y dejar todo atrás...
Sinceramente, me gustaría poder cambiar eso, poder corregir ese defecto latente y presente en mi día a día, presente y latente cuando las cosas se tuercen...
Ya intenté cambiarlo una vez. Me aislé para intentar encontrar una respuesta a esas dudas que asaltaban mi mente: ¿Qué podría hacer para cambiarlo? ¿Podría cambiarlo? Sin embargo, aquello me llevó a perder a la persona que llegué a considerar como la más importante de mi vida, persona que dejó un vacío que aun hoy en día es difícil de llenar. Llegué a pensar, inocente de mí, que ella lo entendería, que entendería que era una batalla que sólo yo podía librar. Aunque estaba equivocado en eso, también me equivoqué en creer que me entendería. De todas formas, pienso, y aún sigo creyendo, que esa persona entiende mejor que nadie lo que es aislarse del mundo...
Una parte de mi forma de ser también puede hacer daño a la gente. Por esa razón me aislé, quería cambiarme a mí mismo para no hacerla daño. Ojalá lo hubieras entendido, Lala...
Sin embargo, a día de hoy las dudas no han hecho sino aumentar. Si vuelvo a hacer lo mismo, tengo miedo de perder a alguien más, alguien importante para mí. Si no lo hago, tengo miedo de que esa parte de mí sea la que me haga perder a alguien.
Supongo que lo único que me queda es seguir adelante. No vivir en ese pasado remoto, pero sin dejar de mirar a él para intentar no cometer el mismo error en el presente; al menos, no con la misma magnitud.
Supongo que, al final, te cansas de perder a tanta gente. Terminas por encerrarte en ti mismo esperando... nada. Al final, terminas por desaparecer y dejar todo atrás...
3/11/13
Un ideal vacío...
"Tal vez en otro siglo, volveré a Menzoberranzan, no como enemigo, no como conquistador, no para derribar las estructuras de esa sociedad que otrora pensé que eran despreciables.
Tal vez vuelva porque es a donde pertenezco.
Ése es mi temor, el temor de una vida desperdiciada, de una causa mal concebida, de una creencia que, en el fondo, es un ideal vacío, inalcanzable, los descabellados designios de un niño inocente que creía que podía haber mas."
Drizzt Do'Urden
Tal vez vuelva porque es a donde pertenezco.
Ése es mi temor, el temor de una vida desperdiciada, de una causa mal concebida, de una creencia que, en el fondo, es un ideal vacío, inalcanzable, los descabellados designios de un niño inocente que creía que podía haber mas."
Drizzt Do'Urden
1/11/13
Our home?
Lyrics:
Once upon a time there was
A planet so tiny and blue
It was the perfect place to be
But one life form on it wanted more
But they don't see that it's half past twelve
To turn a blind eye is the easier way
As long as they feel safe in their beds
There's no need to wake up from their dream
But the truth no longer hides
They must see what they'll leave behind
Wake up, mankind, your time is running out
Give your children the chance to make things right
Now the planet is striking back
And, of course, the lamenting is big
Global warming, pollution as well
Is not enough to make them understand
That now is the time to change
Their behaviour and world's fate
Wake up, mankind, your time is running out
Give your children the chance to make things right.
Source: http://www.musicsonglyrics.com/the-incredibles-lyrics-lunatica.html
30/6/13
El hilo rojo del destino
“El Hilo Rojo es una leyenda
anónima de origen japonés, que cuenta que entre dos o más personas que están
destinadas a tener un lazo afectivo existe un «hilo rojo», que viene con ellas
desde su nacimiento. El hilo existe independientemente del momento de sus vidas
en el que las personas vayan a conocerse y no puede romperse en ningún caso,
aunque a veces pueda estar más o menos tenso, pero es, siempre, una muestra del
vínculo que existe entre ellas.”
Un corazón a punta de espada
Después de tanto tiempo, al fin me atrevo a escribir...
Han pasado tantas cosas que, sinceramente, no sé por dónde empezar...
Desde que publiqué mi última entrada, un atisbo de esperanza iluminó mi marchitado y herido corazón. Todo empezaba, poco a poco, a ser como fue antes de aquel fatídico día. Volvíamos a hablar como siempre lo habíamos hecho, su forma de tratarme empezaba a dejar de ser tan fría para volver a tornarse en la calidez habitual que ella tenía desde el día en que la conocí, etc.
No obstante, quién iba a imaginar que las cosas terminarían de esta forma... De todas formas, yo siempre hice todo lo que ella me pidió: Si no le dejé tiempo para pensar, fue porque ninguno de los dos pudimos evitar volver a tratarnos como siempre lo habíamos hecho; si no le había dejado tiempo para pensar, fue porque -creo- parecía que no lo necesitábamos. Simplemente, ella quería que le demostrara que aquello sólo había sido un error, una equivocación, una metedura de pata... Simplemente, algo que nunca iba a volver a suceder. No quería promesa alguna, sólo quería hechos, demostraciones por mi parte. Sinceramente, yo se las di. Nunca me alejé de ella, nunca la volví a fallar... pero supongo que aquella herida nunca pudo cerrarse del todo.
De todas formas, y en vista de los últimos acontecimientos, he llegado a pensar que, realmente, no me quería... Llegué a pensar: ¿Realmente todo lo bueno que hice por ella, todas aquellas cosas que hicieron que se enamorara de mí, eran inferiores a las dos veces que yo había metido la pata? ¿Realmente cuando una persona, pese a demostrar durante tanto tiempo y en adelante, no es capaz mediante esas demostraciones restaurar la confianza de la persona a la que ama? ¿Realmente me quería? ¿Realmente me amaba?
Sinceramente, no lo sé... Ya no sé qué pensar, ya no sé qué decir...
Ahora, es a mí a quien le cuesta creer todo aquello que una vez me dijo ("No quiero que el abrazo de hoy, de esta noche, sea el último"; "yo no quiero las cosas con otra persona que no sea contigo", etc.).
Pese a todo, yo aún creo en ella. Mi corazón todavía late en pos de su regreso, un regreso que es posible que nunca llegue a producirse. Me gustaría creer eso, me gustaría creer que se ha ido para siempre, me gustaría aceptarlo y poder pasar página. Me gustaría.... No, realmente no puedo aceptarlo.
No puedo aceptar que se hayan ido para siempre (sí, la perrita también entra dentro aunque no quería involucrarla dentro de este macabro y doloroso círculo, pero también la amo...).
No lo sé realmente, pero estoy volviendo a experimentar de primera mano aquello que le hice dos veces... Sé muy bien el dolor que le hice; de hecho, fue gracias a ella que pude entender cómo se sentía pero, sinceramente, pienso que ella tiene en parte la culpa. Puede que tenga un sexto sentido para estas cosas, puede que tenga una intuición fuera de lo común para saber que algo pasa con, por ejemplo, su familia, que no esta bien, que le ha pasado algo, etc. Sin embargo, no soy adivino. Si ella no me dice cómo se siente, yo no puedo saberlo a ciencia cierta.
Ojalá aquella noche me hubiera dado un ultimátum, oajlá aquella noche me hubiera dicho cómo se sentía... Yo hubiera podido reaccionar a tiempo antes de llegar a perderla para siempre. Aunque, sinceramente, mi error fue haberle prometido aquella noche que nunca más le volvería a hacer aquello... Yo mismo me conozco mejor que nadie, y sabía (aunque no en aquel momento) que aquella promesa la olvidaría y que metería la pata.
Puedo asegurar, dando mi vida a cambio, que es la persona a la que mejor conozco de toda mi vida. Ni a mis amigos los conozco tan bien; de hecho, me atrevería a decir que apenas los conozco.
Es la persona a la que mejor conozco y, pese a ello, nunca pude adivinar que se sentía de esa forma.
Podría llegar a decir que no me merecía aquellos tratos después de haberle estado demostrando que había cambiado, que nunca había dejado de ser la persona de la cual se enamoró... Sin embargo, a fin de cuentas, soy yo quien la hirió, soy yo quien se portó como un imbécil al aislarse de semejantes formas y de no haber creído en ella como esperaba...
Supongo que nada puedo echarle en cara; no obstante, no me siento bien con tal y como estás las cosas hoy. Entiendo que me odie, entiendo que ni siquiera quiera ser mi amigo... Pese a ello, y como ya le dije en un correo, sólo quiero que me diga lo que siente a la cara...
Yo, a día de hoy, todavía la amo (es posible que aun con más fuerza e intensidad que antes), pero supongo que este sentimiento no volverá a ser correspondido nunca más. La he llegado a echar mucho de menos, pero cuando estuve en Barakaldo, a casi 200 Km de distancia de ella, mi corazón me dolía como si una gran garra estuviera presionadolo y ahogándolo... En esos días pude darme cuenta, otra vez, de que realmente la amaba, de que realmente quería y me habría gustado que se hubiera convertido en la mujer de mi vida.
Resulta irónico, pero todavía no he quitado su foto de fondo de pantalla en el móvil... Sinceramente, no puedo... La amo, joder, la amo...
Todo me recuerda a ella... Sitios en los que estuvimos, cosas que hicimos, cosas que compartimos... TODO: El sitio donde manché su chaqueta sin querer, cuando voy a cenar donde estos por aquella vez que me acompaño, las veces que subo al parque de la Ñ por lo bien que se está (y a ver si subo algún día a dar de comer a los patos...), los cacahuetes, todas nuestras típicas frases...
También tenía en mente llevar un par de fotos a revelar para luego enmarcarlas, pero supongo que no tendría mucho sentido si luego iban a estar de cara a la mesa, pues supongo que no sería capaz, por el momento, de volver a ver ese cálido rostro...
Como ya dije en su momento, pienso que ella es una de esas personas que buscas durante toda tu maldita existencia y que, con suerte, sólo encuentras una vez. El mundo es muy basto, sí, pero pensar en si podré encontrar a alguien igual me crea tal incertidumbre que me tiemblan las piernas.
Sinceramente, no sé si me volveré a enamorar de alguien como me enamoré de ellas; no sé si encontraré a alguien que me quisiera por mi presente, por lo que soy, y que no me juzgara por mi pasado, alguien que me robara las frases antes de poder yo siquiera empezar a articular la primera palabra, alguien con quien compartir tantos gustos (animes, relojes de arena, animales, delfines, chocolate, cacahuetes con miel, cosas ñoñas...), ...
Dicen que el tiempo cura las heridas... Sin embargo, a lo largo de la vida he comprobado que las heridas del corazón no son tan fáciles de sanar, no son tan fáciles de cicatrizar. Y la herida que ellas me dejaron (yo soy el culpable de todo) es la herida más profunda que mi corazón ha tenido en toda su vida...
Han pasado tantas cosas que, sinceramente, no sé por dónde empezar...
Desde que publiqué mi última entrada, un atisbo de esperanza iluminó mi marchitado y herido corazón. Todo empezaba, poco a poco, a ser como fue antes de aquel fatídico día. Volvíamos a hablar como siempre lo habíamos hecho, su forma de tratarme empezaba a dejar de ser tan fría para volver a tornarse en la calidez habitual que ella tenía desde el día en que la conocí, etc.
No obstante, quién iba a imaginar que las cosas terminarían de esta forma... De todas formas, yo siempre hice todo lo que ella me pidió: Si no le dejé tiempo para pensar, fue porque ninguno de los dos pudimos evitar volver a tratarnos como siempre lo habíamos hecho; si no le había dejado tiempo para pensar, fue porque -creo- parecía que no lo necesitábamos. Simplemente, ella quería que le demostrara que aquello sólo había sido un error, una equivocación, una metedura de pata... Simplemente, algo que nunca iba a volver a suceder. No quería promesa alguna, sólo quería hechos, demostraciones por mi parte. Sinceramente, yo se las di. Nunca me alejé de ella, nunca la volví a fallar... pero supongo que aquella herida nunca pudo cerrarse del todo.
De todas formas, y en vista de los últimos acontecimientos, he llegado a pensar que, realmente, no me quería... Llegué a pensar: ¿Realmente todo lo bueno que hice por ella, todas aquellas cosas que hicieron que se enamorara de mí, eran inferiores a las dos veces que yo había metido la pata? ¿Realmente cuando una persona, pese a demostrar durante tanto tiempo y en adelante, no es capaz mediante esas demostraciones restaurar la confianza de la persona a la que ama? ¿Realmente me quería? ¿Realmente me amaba?
Sinceramente, no lo sé... Ya no sé qué pensar, ya no sé qué decir...
Ahora, es a mí a quien le cuesta creer todo aquello que una vez me dijo ("No quiero que el abrazo de hoy, de esta noche, sea el último"; "yo no quiero las cosas con otra persona que no sea contigo", etc.).
Pese a todo, yo aún creo en ella. Mi corazón todavía late en pos de su regreso, un regreso que es posible que nunca llegue a producirse. Me gustaría creer eso, me gustaría creer que se ha ido para siempre, me gustaría aceptarlo y poder pasar página. Me gustaría.... No, realmente no puedo aceptarlo.
No puedo aceptar que se hayan ido para siempre (sí, la perrita también entra dentro aunque no quería involucrarla dentro de este macabro y doloroso círculo, pero también la amo...).
No lo sé realmente, pero estoy volviendo a experimentar de primera mano aquello que le hice dos veces... Sé muy bien el dolor que le hice; de hecho, fue gracias a ella que pude entender cómo se sentía pero, sinceramente, pienso que ella tiene en parte la culpa. Puede que tenga un sexto sentido para estas cosas, puede que tenga una intuición fuera de lo común para saber que algo pasa con, por ejemplo, su familia, que no esta bien, que le ha pasado algo, etc. Sin embargo, no soy adivino. Si ella no me dice cómo se siente, yo no puedo saberlo a ciencia cierta.
Ojalá aquella noche me hubiera dado un ultimátum, oajlá aquella noche me hubiera dicho cómo se sentía... Yo hubiera podido reaccionar a tiempo antes de llegar a perderla para siempre. Aunque, sinceramente, mi error fue haberle prometido aquella noche que nunca más le volvería a hacer aquello... Yo mismo me conozco mejor que nadie, y sabía (aunque no en aquel momento) que aquella promesa la olvidaría y que metería la pata.
Puedo asegurar, dando mi vida a cambio, que es la persona a la que mejor conozco de toda mi vida. Ni a mis amigos los conozco tan bien; de hecho, me atrevería a decir que apenas los conozco.
Es la persona a la que mejor conozco y, pese a ello, nunca pude adivinar que se sentía de esa forma.
Podría llegar a decir que no me merecía aquellos tratos después de haberle estado demostrando que había cambiado, que nunca había dejado de ser la persona de la cual se enamoró... Sin embargo, a fin de cuentas, soy yo quien la hirió, soy yo quien se portó como un imbécil al aislarse de semejantes formas y de no haber creído en ella como esperaba...
Supongo que nada puedo echarle en cara; no obstante, no me siento bien con tal y como estás las cosas hoy. Entiendo que me odie, entiendo que ni siquiera quiera ser mi amigo... Pese a ello, y como ya le dije en un correo, sólo quiero que me diga lo que siente a la cara...
Yo, a día de hoy, todavía la amo (es posible que aun con más fuerza e intensidad que antes), pero supongo que este sentimiento no volverá a ser correspondido nunca más. La he llegado a echar mucho de menos, pero cuando estuve en Barakaldo, a casi 200 Km de distancia de ella, mi corazón me dolía como si una gran garra estuviera presionadolo y ahogándolo... En esos días pude darme cuenta, otra vez, de que realmente la amaba, de que realmente quería y me habría gustado que se hubiera convertido en la mujer de mi vida.
Resulta irónico, pero todavía no he quitado su foto de fondo de pantalla en el móvil... Sinceramente, no puedo... La amo, joder, la amo...
Todo me recuerda a ella... Sitios en los que estuvimos, cosas que hicimos, cosas que compartimos... TODO: El sitio donde manché su chaqueta sin querer, cuando voy a cenar donde estos por aquella vez que me acompaño, las veces que subo al parque de la Ñ por lo bien que se está (y a ver si subo algún día a dar de comer a los patos...), los cacahuetes, todas nuestras típicas frases...
También tenía en mente llevar un par de fotos a revelar para luego enmarcarlas, pero supongo que no tendría mucho sentido si luego iban a estar de cara a la mesa, pues supongo que no sería capaz, por el momento, de volver a ver ese cálido rostro...
Como ya dije en su momento, pienso que ella es una de esas personas que buscas durante toda tu maldita existencia y que, con suerte, sólo encuentras una vez. El mundo es muy basto, sí, pero pensar en si podré encontrar a alguien igual me crea tal incertidumbre que me tiemblan las piernas.
Sinceramente, no sé si me volveré a enamorar de alguien como me enamoré de ellas; no sé si encontraré a alguien que me quisiera por mi presente, por lo que soy, y que no me juzgara por mi pasado, alguien que me robara las frases antes de poder yo siquiera empezar a articular la primera palabra, alguien con quien compartir tantos gustos (animes, relojes de arena, animales, delfines, chocolate, cacahuetes con miel, cosas ñoñas...), ...
Dicen que el tiempo cura las heridas... Sin embargo, a lo largo de la vida he comprobado que las heridas del corazón no son tan fáciles de sanar, no son tan fáciles de cicatrizar. Y la herida que ellas me dejaron (yo soy el culpable de todo) es la herida más profunda que mi corazón ha tenido en toda su vida...
26/4/13
Perdido...
Ella, la mujer más importante de mi vida, terminó por irse de ella, y todo por mi culpa, por no darme cuenta de las cosas pese a que las tuve delante todo el tiempo... Mi TDAH, mi excaso -aunque a veces creo que presente- tiroides... No sé si son culpables de esta forma de ser tan aleatoria que tengo o si, simplemente, intento buscar culpables a algo que yo mismo me he buscado...
Ayer, y como auguré al leer su mensaje por la mañana, la noche se convirtió en una de las peores (por no decir la peor) de mi vida, sintiéndome igual, o peor, que la misma noche en la que perdí a mi pequeña, sin nada que hacer, muriendo ahogada por una puerta que dejé abierta, por una puerta que deje sin cerrar...
En este caso, y aunque parezca otra cosa, el símil corresponde a la perfección: Dejé una puerta abierta (era una relación, en una relación están implicadas dos personas, pero yo la abandoné...) y ella se ahogó en dolor y sufrimiento. Y el culpable soy yo, y eso me hace sentir aún peor. No entiendo cómo pude ser tan imbécil... La prometí, cuando la pedí salir, que nunca la volvería a hacer eso; sin embargo, lo volví a hacer, y esta vez ya era demasiado tarde. Como siempre, me doy cuenta de las cosas cuando ya no tienen solución y, aunque ello ha servido para darme cuenta de cuán equivocado estaba en ciertos aspectos, no me consuela lo más mínimo, pues he perdido a la persona más importante de mi vida, a la única que llenaba el vacío que hay en mí... (y sí, apenas la conocía desde hace un mes, pero ésa es la razón por la que la amaba tanto: NUNCA antes había conectado con una persona de esa forma y en tam poco tiempo).
Para colmo, he pasado una noche de cine. De por sí, soy una persona que tiene lo de soñar un poco muerto, es decir, apenas sueño; bien, esta noche se lleva la palma: Me he levantado/despertado y dormido más de cinco veces; todas esas veces, he soñado con ella... Pesadillas, sueños esperanzadores... El tiempo dirá, más bien ella, cuál de los dos acaba aferrándose a mi vida...
Sinceramente, creo que nunca me había dolido el corazón así; de hecho, creo que nunca me había dolido el corazón... Tampoco sé cómo, aunque este blog es lo único que tengo para poder hablar de estas cosas (poder desahogarme...), no sé cómo estoy siendo capaz de escribir todo esto...
La amaba, la amo, y creo que nunca dejaré de amarla.
Por muy estúpido que parezca, en más de una ocasión -y pese a llevar saliendo menos de un mes-, me imaginé a mí mismo arodillado frente a ella con anillo de compromiso... Y todo eso, ha terminado por convertirse en un par de corazones rotos.
Es posible que no haya esperanzas de recuperarla, pero menos esperanzas hay en la vida de encontrar a una segunda persona como ella...
Es la primera vez que digo/siento esto, pero: ¡No me pienso rendir! Seguiré esperando, aunque ello implique esperar por toda la eternidad...
Lo siento mucho...
Ayer, y como auguré al leer su mensaje por la mañana, la noche se convirtió en una de las peores (por no decir la peor) de mi vida, sintiéndome igual, o peor, que la misma noche en la que perdí a mi pequeña, sin nada que hacer, muriendo ahogada por una puerta que dejé abierta, por una puerta que deje sin cerrar...
En este caso, y aunque parezca otra cosa, el símil corresponde a la perfección: Dejé una puerta abierta (era una relación, en una relación están implicadas dos personas, pero yo la abandoné...) y ella se ahogó en dolor y sufrimiento. Y el culpable soy yo, y eso me hace sentir aún peor. No entiendo cómo pude ser tan imbécil... La prometí, cuando la pedí salir, que nunca la volvería a hacer eso; sin embargo, lo volví a hacer, y esta vez ya era demasiado tarde. Como siempre, me doy cuenta de las cosas cuando ya no tienen solución y, aunque ello ha servido para darme cuenta de cuán equivocado estaba en ciertos aspectos, no me consuela lo más mínimo, pues he perdido a la persona más importante de mi vida, a la única que llenaba el vacío que hay en mí... (y sí, apenas la conocía desde hace un mes, pero ésa es la razón por la que la amaba tanto: NUNCA antes había conectado con una persona de esa forma y en tam poco tiempo).
Para colmo, he pasado una noche de cine. De por sí, soy una persona que tiene lo de soñar un poco muerto, es decir, apenas sueño; bien, esta noche se lleva la palma: Me he levantado/despertado y dormido más de cinco veces; todas esas veces, he soñado con ella... Pesadillas, sueños esperanzadores... El tiempo dirá, más bien ella, cuál de los dos acaba aferrándose a mi vida...
Sinceramente, creo que nunca me había dolido el corazón así; de hecho, creo que nunca me había dolido el corazón... Tampoco sé cómo, aunque este blog es lo único que tengo para poder hablar de estas cosas (poder desahogarme...), no sé cómo estoy siendo capaz de escribir todo esto...
La amaba, la amo, y creo que nunca dejaré de amarla.
Por muy estúpido que parezca, en más de una ocasión -y pese a llevar saliendo menos de un mes-, me imaginé a mí mismo arodillado frente a ella con anillo de compromiso... Y todo eso, ha terminado por convertirse en un par de corazones rotos.
Es posible que no haya esperanzas de recuperarla, pero menos esperanzas hay en la vida de encontrar a una segunda persona como ella...
Es la primera vez que digo/siento esto, pero: ¡No me pienso rendir! Seguiré esperando, aunque ello implique esperar por toda la eternidad...
Lo siento mucho...
8/3/13
Zutto daisuki dakara
Dejando de lado todo el tema de universidad, prácticas por entregar, estudio y demás, en estos momentos sólo un pensamiento invade mi mente: Tú.
El tiempo y el transcurso del mismo dentro de la vida, me convirtieron en una persona "madura", bastante seria, y me atrevería a decir que un poco fría hasta cierto punto... Una persona que no tenia corte en dar un simple beso en la mejilla, que se reía lo justo...
Sin embargo, tú entraste a mi vida, con ese rostro tan cálido, para sacarme de ese pozo de oscuridad del que no había terminado de salir. Despertaste esa sonrisa que llevaba tanto tiempo durmiendo en el fondo de mi corazón.
Esa vergüenza por sólo darte un besito en la mejilla desde su espalda...
Sinceramente, sólo hay una cosa -en este momento- que me haría más feliz: Saber que permanecerás a mi lado por siempre... Que me cojas de las manos y me digas: "Siempre estaré junto a ti; siempre estarás en mi corazón"
Llevo mucho tiempo buscando a alguien capaz de llenar ese vacío que hay en mi interior, alguien que sea capaz de entederme, que me cuide, que aguante mi mala memoria, que sea capaz de soportarme... En definitiva: Llevo mucho tiempo buscándote.
Y ahora que te he encontrado, no quiero dejarte marchar... No quiero que mi corazón vuelva a a congelarse ahora que tu calidez ha fundido el hielo.
No obstante, el miedo no desaparece de mi interior. También he querido a otras personas; sin embargo, nunca supe hacer que ese sentimiento perdurara en el tiempo, rompiéndose en mil pedazos... Y aunque lo que siento por ti es mil veces más fuerte, algo que me es imposible expresar con palabras, algo que sólo mi corazón puede hacer sentir, ese miedo no ha desaparecido...
No quiero perderte...Quiero que nuestras manos se junten para no separarse jamás... Desearía ir contigo a muchos lugares, hacer muchas cosas, ver amaneceres y atardeceres el uno junto al otro, cogidos de la mano... Poder robarte ese beso que devuelva la vida a este pobre y marchitado corazón...
El tiempo y el transcurso del mismo dentro de la vida, me convirtieron en una persona "madura", bastante seria, y me atrevería a decir que un poco fría hasta cierto punto... Una persona que no tenia corte en dar un simple beso en la mejilla, que se reía lo justo...
Sin embargo, tú entraste a mi vida, con ese rostro tan cálido, para sacarme de ese pozo de oscuridad del que no había terminado de salir. Despertaste esa sonrisa que llevaba tanto tiempo durmiendo en el fondo de mi corazón.
Esa vergüenza por sólo darte un besito en la mejilla desde su espalda...
Sinceramente, sólo hay una cosa -en este momento- que me haría más feliz: Saber que permanecerás a mi lado por siempre... Que me cojas de las manos y me digas: "Siempre estaré junto a ti; siempre estarás en mi corazón"
Llevo mucho tiempo buscando a alguien capaz de llenar ese vacío que hay en mi interior, alguien que sea capaz de entederme, que me cuide, que aguante mi mala memoria, que sea capaz de soportarme... En definitiva: Llevo mucho tiempo buscándote.
Y ahora que te he encontrado, no quiero dejarte marchar... No quiero que mi corazón vuelva a a congelarse ahora que tu calidez ha fundido el hielo.
No obstante, el miedo no desaparece de mi interior. También he querido a otras personas; sin embargo, nunca supe hacer que ese sentimiento perdurara en el tiempo, rompiéndose en mil pedazos... Y aunque lo que siento por ti es mil veces más fuerte, algo que me es imposible expresar con palabras, algo que sólo mi corazón puede hacer sentir, ese miedo no ha desaparecido...
No quiero perderte...Quiero que nuestras manos se junten para no separarse jamás... Desearía ir contigo a muchos lugares, hacer muchas cosas, ver amaneceres y atardeceres el uno junto al otro, cogidos de la mano... Poder robarte ese beso que devuelva la vida a este pobre y marchitado corazón...
3/3/13
Un cálido rostro, un cálido corazón
Sinceramente, no sé cómo empezar esta entrada. Son tantos los sentimientos que se agolpan en mi interior que me resulta difícil ponerlos en orden...
Nunca esperé expermimentar una sensación parecida, pero, nuevamente, la vida me sorprendió. Fue, si mal no recuerdo, al empezar el segundo semestre de mi segundo año de carrera, en una de las asignaturas que tenía pendientes del año pasado.
Tampoco recuerdo muy bien si fue al entrar yo, al entrar ella... La cuestión es que en el momento que la vi, en el momento en que contemplé su rostro, una sensación de calidez invadió mi cuerpo, penetrando hasta mi corazón... Por el momento, todavía no comprendía el porqué me había sentido y me sentía así, sólo sabía que me gustaba. Sin embargo, me conocía demasiado bien (soy una persona de "enamoramiento" fácil), y sabía/creía que ese sentimiento no perduraría, a parte de por lo que ya he comentado, porque sentía que ella estaba fuera de mi alcance: Diferencia de edad considerable (desde mi punto de vista, es algo indiferente), imposibilidad de acercarme a ella, de presentarme, de entablar conversación (soy una persona demasiado introvertida en lo que a expresar sentimientos del corazón se refiere).
Con el tiempo, se me fue "pasando" ese sentimiento, ese hormigueo en mi interior -también por la de trabajo, preocupaciones, depresiones y demás que tenía encima-. Sin embargo, un WhatsApp de cierta compañera, y amiga, de clase volvió a despertar ese sentimiento, más bien el sentimiento de esperanza, cuando me comentó lo que la había dicho cuando estaba hablando con el grupo de ella, y que me implicaba a mí... Sin embargo, seguía en las mismas: La veía lejos, en un lugar al que mi corazón y mis sentimientos no podrían llegar....
En una de las asignaturas tuve una "oportunidad" para hablar con ella, pues vi que estaba ojeando mi monitor, así que le dije si quería que le pasara los apuntes. Cuando la miré, me puse tenso, y su cara y contestación en ese momento no ayudaron mucho... Al cabo de un rato, me dije: "¡Joder, vaya situación más incómoda acabo de crear así de gratis!".
Cómo no, todo volvió a dar un giro brusco en los acontecimientos. La misma amiga decidió crear un grupo de WhatsApp con las anteriores personas, y en el que yo fui incluido. Ahí ya pude a hablar con ella y, aunque no empezamos más que a decirnos chorradas, fueron esas chorradas las que nos conectaron. A partir de ahí, seguimos y seguimos hablando, incluso los acompañé a comer, estudiar y demás.
Al cabo de varios días, todos los sentimientos que ella había despertado en mi interior rugieron como el fuego, como un fénix de sus cenizas. Nuestros gustos no son exactos (obviamente, cada persona tiene algo diferente, algo especial, algo que hace de esa persona una persona interesante), pero lo mucho que compartíamos (forma de ser, chorradas varias, ciertos gustos, etc.) hizo que me dejara de gustar, pasando a amarla, habiéndome enamorado de ella. Muchas cosas han pasado desde la semana en que la conocí (sí, realmente empecé a conocerla cuando conectamos), y muchas están por llegar....
Cada día que pasa, no hago sino amarla más: Ella ha terminado por sacarme del pozo de oscuridad en que me había hunido, ella ha despertado una sonrisa en mí que jamás pensé que volvería a mostrar...; sin embargo, siento que no soy capaz de hacerla saber mis sentimientos. Tengo miedo que si la abro mi corazón, pierda ese lazo que me une a ella; miedo a descubrir que el lazo no es mutuo, que ella no alberga los mismos sentimientos hacia mí... En definitiva, miedo a perderla (resulta irónico que lo diga; estoy hablando como si me hubiera ganado su corazón). Además, sé muy bien cómo soy en una relación. Todas hasta ahora se han ido al garete, y tengo miedo de que pudiera llegar a pasar lo mismo en caso de que ella me ame, miedo a no ser capaz de cuidarla...
Por otro lado, quiero llegar a conocerla mejor, compartir toda clase de cosas con ella, asentar mis sentimientos y poder llegar a decirla: "¡TE AMO! Desde el día en que te vi, una calidez se apoderó de mi corazón. Te necesito a mi lado, necesito que mantengas viva esa llama que despertaste en mi interior. Quiero coger tu mano y no volver a soltarla jamás. Cuando la coja, ¡NUNCA MÁS te volveré a dejar marchar! ¡No estoy dispuesto a dejarte marchar!".
Por primera vez en mi vida, creo haber encontrado quien podría ser mi alma gemela, alguien que llene el vacío que perdura en mi corazón...
Nunca esperé expermimentar una sensación parecida, pero, nuevamente, la vida me sorprendió. Fue, si mal no recuerdo, al empezar el segundo semestre de mi segundo año de carrera, en una de las asignaturas que tenía pendientes del año pasado.
Tampoco recuerdo muy bien si fue al entrar yo, al entrar ella... La cuestión es que en el momento que la vi, en el momento en que contemplé su rostro, una sensación de calidez invadió mi cuerpo, penetrando hasta mi corazón... Por el momento, todavía no comprendía el porqué me había sentido y me sentía así, sólo sabía que me gustaba. Sin embargo, me conocía demasiado bien (soy una persona de "enamoramiento" fácil), y sabía/creía que ese sentimiento no perduraría, a parte de por lo que ya he comentado, porque sentía que ella estaba fuera de mi alcance: Diferencia de edad considerable (desde mi punto de vista, es algo indiferente), imposibilidad de acercarme a ella, de presentarme, de entablar conversación (soy una persona demasiado introvertida en lo que a expresar sentimientos del corazón se refiere).
Con el tiempo, se me fue "pasando" ese sentimiento, ese hormigueo en mi interior -también por la de trabajo, preocupaciones, depresiones y demás que tenía encima-. Sin embargo, un WhatsApp de cierta compañera, y amiga, de clase volvió a despertar ese sentimiento, más bien el sentimiento de esperanza, cuando me comentó lo que la había dicho cuando estaba hablando con el grupo de ella, y que me implicaba a mí... Sin embargo, seguía en las mismas: La veía lejos, en un lugar al que mi corazón y mis sentimientos no podrían llegar....
En una de las asignaturas tuve una "oportunidad" para hablar con ella, pues vi que estaba ojeando mi monitor, así que le dije si quería que le pasara los apuntes. Cuando la miré, me puse tenso, y su cara y contestación en ese momento no ayudaron mucho... Al cabo de un rato, me dije: "¡Joder, vaya situación más incómoda acabo de crear así de gratis!".
Cómo no, todo volvió a dar un giro brusco en los acontecimientos. La misma amiga decidió crear un grupo de WhatsApp con las anteriores personas, y en el que yo fui incluido. Ahí ya pude a hablar con ella y, aunque no empezamos más que a decirnos chorradas, fueron esas chorradas las que nos conectaron. A partir de ahí, seguimos y seguimos hablando, incluso los acompañé a comer, estudiar y demás.
Al cabo de varios días, todos los sentimientos que ella había despertado en mi interior rugieron como el fuego, como un fénix de sus cenizas. Nuestros gustos no son exactos (obviamente, cada persona tiene algo diferente, algo especial, algo que hace de esa persona una persona interesante), pero lo mucho que compartíamos (forma de ser, chorradas varias, ciertos gustos, etc.) hizo que me dejara de gustar, pasando a amarla, habiéndome enamorado de ella. Muchas cosas han pasado desde la semana en que la conocí (sí, realmente empecé a conocerla cuando conectamos), y muchas están por llegar....
Cada día que pasa, no hago sino amarla más: Ella ha terminado por sacarme del pozo de oscuridad en que me había hunido, ella ha despertado una sonrisa en mí que jamás pensé que volvería a mostrar...; sin embargo, siento que no soy capaz de hacerla saber mis sentimientos. Tengo miedo que si la abro mi corazón, pierda ese lazo que me une a ella; miedo a descubrir que el lazo no es mutuo, que ella no alberga los mismos sentimientos hacia mí... En definitiva, miedo a perderla (resulta irónico que lo diga; estoy hablando como si me hubiera ganado su corazón). Además, sé muy bien cómo soy en una relación. Todas hasta ahora se han ido al garete, y tengo miedo de que pudiera llegar a pasar lo mismo en caso de que ella me ame, miedo a no ser capaz de cuidarla...
Por otro lado, quiero llegar a conocerla mejor, compartir toda clase de cosas con ella, asentar mis sentimientos y poder llegar a decirla: "¡TE AMO! Desde el día en que te vi, una calidez se apoderó de mi corazón. Te necesito a mi lado, necesito que mantengas viva esa llama que despertaste en mi interior. Quiero coger tu mano y no volver a soltarla jamás. Cuando la coja, ¡NUNCA MÁS te volveré a dejar marchar! ¡No estoy dispuesto a dejarte marchar!".
Por primera vez en mi vida, creo haber encontrado quien podría ser mi alma gemela, alguien que llene el vacío que perdura en mi corazón...
1/2/13
Redención
Creo que lo acontecido ayer merece una buena entrada de agradecimiento.
Sinceramente, no me esperaba que una persona de la que conozco más bien poco, con la que no he tenido mucho contacto (no me malinterpretes, me refiero a las pocas veces que hemos coincidido al salir o al estudiar juntos)... se diera cuenta de que lo estaba pansando mal, se diera cuenta de que estaba triste tan sólo con verme, sin llegar a decirle nada sobre lo que me rondaba en esos momentos o sobre toda la mierda que había escrito en este mismo blog.
Creo que ese "incidente" que hubo en mi blog con la entrada "Un día de mierda" también llevó a que dicha persona leyera el resto de entradas (no digo que todas) y viera un poco cómo me sentía.
A través del portal de preguntas conocido como Ask.fm (por cierto, si queréis hacerme alguna pregunta, mi perfil es: http://ask.fm/Jarlaxxe), esta persona me halagó de una manera que, al principio, no podía creer (no sé si es por la humildad que según esta persona poseo o por la cantidad de veces que me han halagado y, acto seguido, me han apuñalado). El caso es que no se limitó ahí la cosa, siguió haciéndome unas preguntas un tanto especiales que, en definitiva, conseguirían levantar mi ánimo y haría que llegara a darme cuenta de que había otras personas que también se habían "preocupado" por mí y a las cuales había tratado de ignorar (más adelante explicaré esto).
Sin más dilación, a parte de por no conseguir expresarme como debiera, os dejo con las preguntas; además, creo que es la mejor forma de resumir lo que intento expresar. Pido disculpas de antemano por si esto lleva a que la extensión de la entrada sea demasiado grande, o si la imagen no llega a verse bien. Orden de lectura: De izda. a dcha. y de abajo a arriba...
Por otro lado, gacias a ella también me llegue a dar cuenta de que sí tenía a gente que se había preocupado por mí -en mayor o menor medida- y, bueno, intentaron ayudarme en la medida de lo posible (puede que en un primer momento esperara más de ellos, pero incluso llegué a olvidar cómo son, y eso me reconforta, pues lo hicieron a su manera). Uno de los individuos escribió una entrada en su blog (no sé hasta qué punto iba dedicada, indirectamente, a mí), otros dos se molestaron en escribirme por Twitter y WhatsApp... En definitiva, me ofrecieron su apoyo y yo me limité a encerrarme en mí mismo. Hasta cierto punto lo entiendo, pues cuando una persona está hundida en la más absoluta misera espra que la gente a la que considera importante la envuelva con su calidez y apoyo, pero por otro lado no quieres contagiar con tu amargura a esas personas...
Sinceramente, es más de lo que hubiera esperado nunca en toda mi vida.
Por lo tanto, quisiera disculparme con todas esas personas: Con la primera persona por haberme portado tan mal en un primer momento, y con las demás por haber comportado como me comporté durante toda esta semana; aun así, espero que entendierais mi situación...
Sólo espero que sea el tiempo el que me permita llegar a conoceros mejor y, del mismo modo, que vosotros lleguéis a conocerme mejor...
No sé hasta qué punto será cierto, pero dicen que las malas experiencias del pasado son las bases de un futuro de acero... Creo que dos cosas he podido sacar en claro de todo este embrollo:
En primer lugar, me he dado cuenta de lo mucho que vale esa personilla, de que podré contar con ella para lo que sea; además, me ha permitido acercarme mucho más a esa persona y llegar a conocerla mejor. Asimismo, me gustaría transmitirle los mismos sentimientos, es decir, que puede contar conmigo del mismo modo que yo podría contar con ella.
En segundo lugar, me he dado cuenta de que ellos están ahí (y espero que sigan estando a lo largo de mi vida). Sinceramente, no pensaba así (los consideraba más como colegas), pero, realmente, son amigos... aunque, bueno, cada uno a su modo (sí, son muy especialitos todos).
De todas formas, y desconozco el porqué, sigo albergando duda para con algunas personas...
No puedo decir que vuelvo a ser el de antes, pero sí siento que estoy empezando a ser quien era nuevamente.
Sinceramente, no me esperaba que una persona de la que conozco más bien poco, con la que no he tenido mucho contacto (no me malinterpretes, me refiero a las pocas veces que hemos coincidido al salir o al estudiar juntos)... se diera cuenta de que lo estaba pansando mal, se diera cuenta de que estaba triste tan sólo con verme, sin llegar a decirle nada sobre lo que me rondaba en esos momentos o sobre toda la mierda que había escrito en este mismo blog.
Creo que ese "incidente" que hubo en mi blog con la entrada "Un día de mierda" también llevó a que dicha persona leyera el resto de entradas (no digo que todas) y viera un poco cómo me sentía.
A través del portal de preguntas conocido como Ask.fm (por cierto, si queréis hacerme alguna pregunta, mi perfil es: http://ask.fm/Jarlaxxe), esta persona me halagó de una manera que, al principio, no podía creer (no sé si es por la humildad que según esta persona poseo o por la cantidad de veces que me han halagado y, acto seguido, me han apuñalado). El caso es que no se limitó ahí la cosa, siguió haciéndome unas preguntas un tanto especiales que, en definitiva, conseguirían levantar mi ánimo y haría que llegara a darme cuenta de que había otras personas que también se habían "preocupado" por mí y a las cuales había tratado de ignorar (más adelante explicaré esto).
Sin más dilación, a parte de por no conseguir expresarme como debiera, os dejo con las preguntas; además, creo que es la mejor forma de resumir lo que intento expresar. Pido disculpas de antemano por si esto lleva a que la extensión de la entrada sea demasiado grande, o si la imagen no llega a verse bien. Orden de lectura: De izda. a dcha. y de abajo a arriba...
Por otro lado, gacias a ella también me llegue a dar cuenta de que sí tenía a gente que se había preocupado por mí -en mayor o menor medida- y, bueno, intentaron ayudarme en la medida de lo posible (puede que en un primer momento esperara más de ellos, pero incluso llegué a olvidar cómo son, y eso me reconforta, pues lo hicieron a su manera). Uno de los individuos escribió una entrada en su blog (no sé hasta qué punto iba dedicada, indirectamente, a mí), otros dos se molestaron en escribirme por Twitter y WhatsApp... En definitiva, me ofrecieron su apoyo y yo me limité a encerrarme en mí mismo. Hasta cierto punto lo entiendo, pues cuando una persona está hundida en la más absoluta misera espra que la gente a la que considera importante la envuelva con su calidez y apoyo, pero por otro lado no quieres contagiar con tu amargura a esas personas...
Sinceramente, es más de lo que hubiera esperado nunca en toda mi vida.
Por lo tanto, quisiera disculparme con todas esas personas: Con la primera persona por haberme portado tan mal en un primer momento, y con las demás por haber comportado como me comporté durante toda esta semana; aun así, espero que entendierais mi situación...
Sólo espero que sea el tiempo el que me permita llegar a conoceros mejor y, del mismo modo, que vosotros lleguéis a conocerme mejor...
No sé hasta qué punto será cierto, pero dicen que las malas experiencias del pasado son las bases de un futuro de acero... Creo que dos cosas he podido sacar en claro de todo este embrollo:
En primer lugar, me he dado cuenta de lo mucho que vale esa personilla, de que podré contar con ella para lo que sea; además, me ha permitido acercarme mucho más a esa persona y llegar a conocerla mejor. Asimismo, me gustaría transmitirle los mismos sentimientos, es decir, que puede contar conmigo del mismo modo que yo podría contar con ella.
En segundo lugar, me he dado cuenta de que ellos están ahí (y espero que sigan estando a lo largo de mi vida). Sinceramente, no pensaba así (los consideraba más como colegas), pero, realmente, son amigos... aunque, bueno, cada uno a su modo (sí, son muy especialitos todos).
De todas formas, y desconozco el porqué, sigo albergando duda para con algunas personas...
No puedo decir que vuelvo a ser el de antes, pero sí siento que estoy empezando a ser quien era nuevamente.
30/1/13
Un corazón noble
Cada vez estoy más hasta las narices de lo que veo en la televisión: Famosos que son decorados como los nuevos mesías, los nuevos dioses de la caridad y la beneficencia.
Una persona realmente pura de corazón no depende de la publicidad que los medios de comunicación hacen de una imagen, en definitiva, falsa, una bondad de cristal. Esas personas no se limitan a posar frente a las cámaras con una pala en la mano y un casco en la cabeza, no se limitan a poner un árbol en un agujero ya hecho, no se limitan a dar un beso a un perro en una perrera... No, esas personas construyen ladrillo a ladrillo, van cada día a ver cómo está el árbol -rogando por las noches que, a la mañana siguiente, siga ahí-, dándole a ese perro un hogar, susurrándole al oído "nunca te abandonaré"...
En pocas palabras: La felicidad de aquellos a los que quieren cuidar está por encima de la suya propia. Su corazón habla por sí solo; no se preocupan por dar una imagen de sí mismos, pues su fin está en cuidar de aquellas personas que juraron proteger...
Viven en las sombras, intentando hacer del mundo un mundo mejor para aquellas personas a las que decidieron cuidar; aunque no las veamos, ahí están... Sin embargo, el curso de la sociedad actual está haciendo del mundo un lugar más frío, un lugar donde más personas quedan a su suerte y donde menos corazones nobles nacen...
Todavía no es tarde para cambiar ese curso, pero llegará un momento en que sí lo sea...
Una persona realmente pura de corazón no depende de la publicidad que los medios de comunicación hacen de una imagen, en definitiva, falsa, una bondad de cristal. Esas personas no se limitan a posar frente a las cámaras con una pala en la mano y un casco en la cabeza, no se limitan a poner un árbol en un agujero ya hecho, no se limitan a dar un beso a un perro en una perrera... No, esas personas construyen ladrillo a ladrillo, van cada día a ver cómo está el árbol -rogando por las noches que, a la mañana siguiente, siga ahí-, dándole a ese perro un hogar, susurrándole al oído "nunca te abandonaré"...
En pocas palabras: La felicidad de aquellos a los que quieren cuidar está por encima de la suya propia. Su corazón habla por sí solo; no se preocupan por dar una imagen de sí mismos, pues su fin está en cuidar de aquellas personas que juraron proteger...
Viven en las sombras, intentando hacer del mundo un mundo mejor para aquellas personas a las que decidieron cuidar; aunque no las veamos, ahí están... Sin embargo, el curso de la sociedad actual está haciendo del mundo un lugar más frío, un lugar donde más personas quedan a su suerte y donde menos corazones nobles nacen...
Todavía no es tarde para cambiar ese curso, pero llegará un momento en que sí lo sea...
29/1/13
Nos vemos en la oscuridad
Aunque esta entrada iba a ser otra de mis muchas reflexiones, hace unos días descubrí (en forma de canción) probablemente una mejor forma de hacer llegar mis sentimientos. Aunque parezca mentira, el título del post se me ocurrió antes de descubrir la canción...
Sinceramente, os recomiendo encarecidamente el grupo para aquellos a los que os guste el género en sí. De todas formas, haré un post-recopilatorio de las canciones que, personalmente, más me han hecho vibrar.
Sin más dilación, os dejo con la canción en cuestión y su letra:
Letra/lyric:
"Standing in the shadow of our lies
To hide our imperfections
Doing anything we can to hide
Eyes wide open but still blind
To see what really matters
And insecurity won't go
See me in shadow
Standing by the ruins of your soul
That cries for some more meaning
Wondering when you have
Become so cold
Chorus:
So cold
And all the pictures of your past are gone
So cold, so cold
Forget yourself
And who you are
Another life is not that far
Standing by the paintings of your dreams
But you have awoken
And all the purples and the greens
Have turned to black
And the ruins of your soul
Have died, no more meaning
I wonder when you have Become so cold
Repeat chorus
Not that far"
Grupo: Delain.
Título: See me in shadow.
Álbum: Lucidity.
Género: Symphonic/gothic metal.
Sinceramente, os recomiendo encarecidamente el grupo para aquellos a los que os guste el género en sí. De todas formas, haré un post-recopilatorio de las canciones que, personalmente, más me han hecho vibrar.
Sin más dilación, os dejo con la canción en cuestión y su letra:
Letra/lyric:
"Standing in the shadow of our lies
To hide our imperfections
Doing anything we can to hide
Eyes wide open but still blind
To see what really matters
And insecurity won't go
See me in shadow
Standing by the ruins of your soul
That cries for some more meaning
Wondering when you have
Become so cold
Chorus:
So cold
And all the pictures of your past are gone
So cold, so cold
Forget yourself
And who you are
Another life is not that far
Standing by the paintings of your dreams
But you have awoken
And all the purples and the greens
Have turned to black
And the ruins of your soul
Have died, no more meaning
I wonder when you have Become so cold
Repeat chorus
Not that far"
Grupo: Delain.
Título: See me in shadow.
Álbum: Lucidity.
Género: Symphonic/gothic metal.
28/1/13
Un día de mierda
Hoy, como bien dice el título, ha sido (y está siendo) un dia de mierda.
No hay mejor forma de empezar la mañana que levantándose a las 7 de la mañana. No es que me moleste el mero hecho de madrugar, sino el madrugar habiendo dormido fatal la noche anterior. Como es algo que me pasa casi todas las noches (por no decir todas), me sienta como una patada en el culo.
Una vez en la universidad, la cosa no mejora sustancialmente. Tenemos tres horas de Empresa, de las cuales la primera es para el grupo reducido (hasta ahí bien, pues no se da la situación que a continuación voy a contar), siendo las dos últimas horas, y la siguiente (correspondiente a la asignatura de EDSS -Programación 4-), el culmen de la mañana.
Detrás mío, se sienta un grupito de 3 personas cansinas a más no poder; aun así, son dos en concreto las que se llevan la medalla al diálogo.
Toda la puta clase hablando. Para más inri, hablando de cosas que nada tienen que ver con lo que se está dando en esos momentos, la asignatura o la universidad. No, son conversaciones de sus vidas privadas; además, el tono de voz no hace sino mejorar la situación. Y así, día tras día...
Sinceramente, no se a qué cojones vienen a clase. Si yo fuera ellos y viniera a clase con ese plan, me ahorraba el viaje o, simplemente, me iba a la cafetería. Lo más gracioso es que luego, estas personas, aprueban con buena nota las putas asignaturas...
Por otro lado, habiendo acabado la clase de EDSS hasta los cojones de esas personas, recojo y me voy a mi casa (más tarde me daría cuenta de otra guinda para el pastel), no sin antes pasar por la copistería a imprimir apuntes y a Santos Ochoa a por fundas. Y es en la copistería donde sucede algo maravilloso. A la señorita encargada le pido que me imprima cuatro archivos .pdf. No sé si es que no me ha oído bien o cuál habrá sido la causa, pero sólo me imprime dos. Decido no darle importancia, ya que había bastante gente y no era plan de tocar las narices más de la cuenta, y me voy a mi siguiente destino.
Una vez en casa, me doy cuenta de que la mañana podía ir a peor: Se me había olvidado por completo la revisión del examen de DBD. Cómo no, para cuando me doy cuenta ya era tarde; aun así, decido ir por si la suerte me sonríe y todavía no se han ido los profesores. No es así.
De todas formas, he mandado un correo a uno de los profesores para intentar ir a ver el examen en otro momento...
Por la tarde, me toca dos horas de clase, sendas horas para las dos asignaturas de primero que tengo pendientes (BD y Pogramación 2). Lo gracioso es el ambiente que se respira en esas clases. Es como el ambiente que se respira con las dos personas anteriormente nombradas pero multiplicado todo por 90-100...
No hay mejor forma de empezar la mañana que levantándose a las 7 de la mañana. No es que me moleste el mero hecho de madrugar, sino el madrugar habiendo dormido fatal la noche anterior. Como es algo que me pasa casi todas las noches (por no decir todas), me sienta como una patada en el culo.
Una vez en la universidad, la cosa no mejora sustancialmente. Tenemos tres horas de Empresa, de las cuales la primera es para el grupo reducido (hasta ahí bien, pues no se da la situación que a continuación voy a contar), siendo las dos últimas horas, y la siguiente (correspondiente a la asignatura de EDSS -Programación 4-), el culmen de la mañana.
Detrás mío, se sienta un grupito de 3 personas cansinas a más no poder; aun así, son dos en concreto las que se llevan la medalla al diálogo.
Toda la puta clase hablando. Para más inri, hablando de cosas que nada tienen que ver con lo que se está dando en esos momentos, la asignatura o la universidad. No, son conversaciones de sus vidas privadas; además, el tono de voz no hace sino mejorar la situación. Y así, día tras día...
Sinceramente, no se a qué cojones vienen a clase. Si yo fuera ellos y viniera a clase con ese plan, me ahorraba el viaje o, simplemente, me iba a la cafetería. Lo más gracioso es que luego, estas personas, aprueban con buena nota las putas asignaturas...
Por otro lado, habiendo acabado la clase de EDSS hasta los cojones de esas personas, recojo y me voy a mi casa (más tarde me daría cuenta de otra guinda para el pastel), no sin antes pasar por la copistería a imprimir apuntes y a Santos Ochoa a por fundas. Y es en la copistería donde sucede algo maravilloso. A la señorita encargada le pido que me imprima cuatro archivos .pdf. No sé si es que no me ha oído bien o cuál habrá sido la causa, pero sólo me imprime dos. Decido no darle importancia, ya que había bastante gente y no era plan de tocar las narices más de la cuenta, y me voy a mi siguiente destino.
Una vez en casa, me doy cuenta de que la mañana podía ir a peor: Se me había olvidado por completo la revisión del examen de DBD. Cómo no, para cuando me doy cuenta ya era tarde; aun así, decido ir por si la suerte me sonríe y todavía no se han ido los profesores. No es así.
De todas formas, he mandado un correo a uno de los profesores para intentar ir a ver el examen en otro momento...
Por la tarde, me toca dos horas de clase, sendas horas para las dos asignaturas de primero que tengo pendientes (BD y Pogramación 2). Lo gracioso es el ambiente que se respira en esas clases. Es como el ambiente que se respira con las dos personas anteriormente nombradas pero multiplicado todo por 90-100...
26/1/13
Reclusión
Ayer, no salí a cenar porque, sinceramente, pasaba del tema. Prefería quedarme en mi casa. Aun comiéndome la cabeza más que estando fuera de casa, preferí quedarme en ella. Sinceramente, creo que ya me he hartado de todo: de mi vida, de lo que me rodea... En definitiva, de mí mismo.
Diría que después de haberlo meditado mucho he decidido quedarme en casa sin salir (obviamente, por ahí) una temporada, pero ya no estoy seguro de si a lo que ronda por mi cabeza se le puede otorgar el calificativo de "premeditado". Igualmente, lo voy a hacer, y me importa un cojón y medio el resto. Además, no es la primera vez que no salgo de casa. Si me paro a pensar, creo que en toda mi vida he pasado más tiempo en casa que en la calle. Un buen ejemplo es segundo de bachillerato. Los estudios me consumían tanto tiempo que salí creo que cinco o seis veces contadas. Además, me dediqué a los estudios, saqué todo a la primera, y con buenas calificaciones. Y aunque no consiga los mismos resultados que en aquella época, no pienso revocar mi decisión.
Al menos, antes patinaba, salía a la calle, me daba el aire por lo menos. Ahora, simplemente me dedico a salir de un sitio cerrado para meterme en otro y, sinceramente, me estoy empezando a hartar. ¿Por qué? Ni yo mismo lo sé...
Sólo sé una cosa: Estoy hasta los cojones del rumbo que mi vida está tomando.
Diría que después de haberlo meditado mucho he decidido quedarme en casa sin salir (obviamente, por ahí) una temporada, pero ya no estoy seguro de si a lo que ronda por mi cabeza se le puede otorgar el calificativo de "premeditado". Igualmente, lo voy a hacer, y me importa un cojón y medio el resto. Además, no es la primera vez que no salgo de casa. Si me paro a pensar, creo que en toda mi vida he pasado más tiempo en casa que en la calle. Un buen ejemplo es segundo de bachillerato. Los estudios me consumían tanto tiempo que salí creo que cinco o seis veces contadas. Además, me dediqué a los estudios, saqué todo a la primera, y con buenas calificaciones. Y aunque no consiga los mismos resultados que en aquella época, no pienso revocar mi decisión.
Al menos, antes patinaba, salía a la calle, me daba el aire por lo menos. Ahora, simplemente me dedico a salir de un sitio cerrado para meterme en otro y, sinceramente, me estoy empezando a hartar. ¿Por qué? Ni yo mismo lo sé...
Sólo sé una cosa: Estoy hasta los cojones del rumbo que mi vida está tomando.
25/1/13
Un corazón de hielo
Sufrimiento, angustia, tristeza, ira, rabia, desesperación, rencor, odio, soledad... Sentimientos (bien unos, bien otros) que, en mayor o menor medida, experimentamos a lo largo de nuestra vida, y todo por los sentimientos que tenemos hacia las personas, todo por los lazos que nos unen a ellas.
Pese a todo, no nos basta con que nos hieran, nos rompan el corazón, nos traicionen, nos abandonen... una vez. No, seguimos intentando forjar lazos con las personas, esperando que ellas llenen nuestro vacío corazón.
Y el ciclo dolor sigue su curso, imbatible...
Todo esto me ha llevado a preguntarme en más de una ocasión: ¿Por qué seguimos dejando que nos traicionen? ¿No sería más fácil romper cualquier lazo que nos une a una persona para así dejar de sufrir?
Sin lazos, evitaríamos que nos hirieran, que nos traicionaran... En definitiva, no nos volverían a clavar un puñal en el corazón.
Aunque seguríamos teniendo que hacer frente a un sentimiento: la soledad. Sin embargo, desde mi propia experiencia puedo decir que no hay nada menos doloroso que la soledad, y nada más doloroso que depositar tu confianza en alguien para, con el tiempo, verla escupida y pisoteada...
Al menos, es lo que la vida me ha ido demostrando a lo largo de todos estos años.
Muchas veces pienso que todo acabaría si cerrara mi corazón a los demás, si me limitara a enfriar mis sentimientos... Si hicera de mi corazón, un corazón de hielo...
Pese a todo, no nos basta con que nos hieran, nos rompan el corazón, nos traicionen, nos abandonen... una vez. No, seguimos intentando forjar lazos con las personas, esperando que ellas llenen nuestro vacío corazón.
Y el ciclo dolor sigue su curso, imbatible...
Todo esto me ha llevado a preguntarme en más de una ocasión: ¿Por qué seguimos dejando que nos traicionen? ¿No sería más fácil romper cualquier lazo que nos une a una persona para así dejar de sufrir?
Sin lazos, evitaríamos que nos hirieran, que nos traicionaran... En definitiva, no nos volverían a clavar un puñal en el corazón.
Aunque seguríamos teniendo que hacer frente a un sentimiento: la soledad. Sin embargo, desde mi propia experiencia puedo decir que no hay nada menos doloroso que la soledad, y nada más doloroso que depositar tu confianza en alguien para, con el tiempo, verla escupida y pisoteada...
Al menos, es lo que la vida me ha ido demostrando a lo largo de todos estos años.
Muchas veces pienso que todo acabaría si cerrara mi corazón a los demás, si me limitara a enfriar mis sentimientos... Si hicera de mi corazón, un corazón de hielo...
Dolorosos recuerdos
Dudo mucho que a alguien le importe mi pasado, y más todavía que alguien lo conozca. Es posible que se deba a que nunca he hablado de él a alguien, que nunca me haya sentido lo suficientemente cómodo como para hablar de ello y, sinceramente, creo que es algo normal ya que todavía nadie me ha inspirado la suficiente confianza como para hablar de algo tan doloroso...
Sin embargo, necesito desahogarme, y este blog se ha convertido en el único lugar donde poder hacerlo... Es a través de las palabras la única forma que he encontrado de aliviar mi oprimido corazón.
Hay dos lugares, dos momentos de mi vida, que marcaron mi infancia, aunque no para bien. Desgraciadamente, estos momentos de mi vida tuvieron lugar durante mi etapa de escolarización (en dos colegios distintos), durante la infancia, un período que se supone marca, en cierto modo, tu vida. Haciendo acopio de toda la sinceridad y fuerza de voluntad de las que dispongo, no sé si algo bueno me llegó a pasar, pues no consigo recordar nada, pero sí recuerdo la mayoría de aquellos dolorosas experiencias.
La mayor parte de esas experiencias se concentran en mi primer colegio, al cual ingresé con la edad de tres años y donde pasé toda mi infancia hasta primero de la E.S.O., curso que repetiría ya en un nuevo colegio. Sinceramente, no quiero echar la culpa de esto a nadie (a veces es tal la frustración y la rabia que me invaden que no puedo evitar culpar de todo a aquellas personas que estuvieron, de un modo u otro, involucradas). El único culpable soy yo, aunque era algo que no podía controlar, y mucho menos hacer algo para cambiarlo; después de todo, era un niño, y tenía una enfermedad de la que todo el mundo -incluso yo mismo- no tenía constancia. Es posible que, algún día, me atreva a hablar de ella con detenimiento...
En numerosas ocasiones, mi madre tenía que venir al colegio a cambiarme de ropa. A diferencia del resto de niños, yo no tenía el "tiempo suficiente" para ir a hacer mis necesidades al baño o, simplemente, no me daba cuenta de ello. Cómo no, todo eso venía acompañado de las típicas burlas de "¡se lo ha hecho encima!", "¡se ha meado encima!"... por parte de toda la clase. Aun así, creo que era tan pequeño que siquiera le daba la más mínima importancia.
Años después, ya bastante avanzada la primaria, me quise apuntar al equipo de fútbol del colegio (en realidad, era un club "privado" pero asociado al colegio) y, bueno, las cosas no mejoraron, más bien todo lo contrario. Mi posición era como portero y, bueno, tuve mi momento de lucided. Recuerdo que en un partido, en medio del partido, tuve la necesidad de ir a mear, a lo que dejé la portería vacía y, bueno, ya os podréis imaginar el resto.... También recuerdo algún que otro entrenamiento en el patio del colegio. Siempre me iba el primero de los entrenamientos, siqueira llegaba a terminarlos, estaba cansado, tenía frío... En definitiva, era una persona muy débil, tanto física como emocionalmente...
En los recreos, la situación no cambiaba mucho. Deambulaba por los patios, si acaso en alguna ocasión tenía un grupito al que acoplarme, pero al final terminaría por darme cuenta de que tampoco era aceptado por ese pequeño grupo...
No recuerdo con certeza los acontecimientos que llevaron a que yo tuviera el mote, pero en la escuela se me llegaría a conocer como "el/la babosa", he de suponer que debido a que, constantemente, se me caía la baba.
Con todo lo que iba suceciendo, podéis imaginaros la opinión que la gente tenía de mí, cómo me veían, cómo se comportaban conmigo... Sin embargo, yo seguía aferrándome a mi inconsciencia sobre mi forma de comportarme, a que era un niño normal como el resto de personas y a que era "aceptado" por los demás.
Cómo no, tampoco soy capaz de olvidar ese "regalo" que me tenían preparado un par de compañeros de clase a la salida de la escuela (una mierda bajo una hoja), las numerosas veces que me han pegado y mi miedo a encontrarme con ellos hasta en la escuela, las veces que me han hecho chupar el suelo, comer hierba...
Por otro lado, mis notas no eran buenas, yo no era buen estudiante (hoy en día, puedo decir que se debía, principalmente, a mi enfermedad, y en una pequeña parte a mi propia actitud y ausencia de fuerza de voluntad). Pese a eso, hasta sexto de primaria había conseguido aprobar todas (ya fuera en junio o en septiembre). Sin embargo, en el año en que di el paso a primero de E.S.O. todo se torció, mi vida y mi propio corazón dieron un vuelco de 360 grados. Empezaba a no sentirme a gusto en el colegio, empezaba a darme cuenta de lo solo que estaba... Aun así, en mi corazón todavía quedaba un pequeño atisbo de esperanza, un pequeño rayo de luz. Desgraciadamente, un día, todo eso murió, ese atisbo de esperanza se rompió en mil pedazos y aquel rayo de luz se desvaneción entre las sombras.
Fue en la clase de educación física. Esta vez, teníamos una actividad inusual: El profesor nos mandó hacer un círculo; hacto seguido, nos dio una hoja de papel a cada uno y nos pidió que escribiéramos en ella nuestros nombres. La actividad consistía en que la hoja pasaría por cada uno de nosotros y en ella cada uno escribiríamos, a modo de lista, lo que cada uno pensaba de la persona propietaria de la hoja. Nunca imaginé que lo que iba a ver en la hoja pudiera herirme tanto... Ni una sola persona había escrito algo positivo de mí, todo era: "es imbécil, un idiota, es feo, retrasado, se comporta como un subnormal, es un payaso, y más cosas que no consigo recordar y que tampoco quiero... Ese día, mi vida se derrumbó para siempre.
Todo lo que he contado hasta ahora, la pasividad total de los profesores (creo que era evidente que debía tener algún problema, mi conducta no era normal)... llevaron a que quisiera cambiarme de colegio. Sin embargo, me atormentaron hasta el último día. Los rumores de que me iba a ir se extendieron, y mucha gente de clase se agolpaba a mi lado expresando falsos sentimientos de pena, pues en el fondo, y no tan en el fondo, se alegraban, y mucho, de que yo me fuera.
Nadie se molestó por mí, nadie quiso ayudarme... Estaba solo en un mundo que no me comprendía y que yo mismo no entendía e incluso odiaba...Aun hoy en día, creo que nadie se ha molestado por conocerme a fondo...
Cuando decidí cambiarme de colegio, pensé que mi vida mejoraría (ahora era consciente de mi TDAH, y pensaba que como la gente no me conocía, sería como empezar de cero...). Estaba demasiado equivocado. Durante los dos primeros años de secundaria, la tormenta no amainó...
Sin embargo, necesito desahogarme, y este blog se ha convertido en el único lugar donde poder hacerlo... Es a través de las palabras la única forma que he encontrado de aliviar mi oprimido corazón.
Hay dos lugares, dos momentos de mi vida, que marcaron mi infancia, aunque no para bien. Desgraciadamente, estos momentos de mi vida tuvieron lugar durante mi etapa de escolarización (en dos colegios distintos), durante la infancia, un período que se supone marca, en cierto modo, tu vida. Haciendo acopio de toda la sinceridad y fuerza de voluntad de las que dispongo, no sé si algo bueno me llegó a pasar, pues no consigo recordar nada, pero sí recuerdo la mayoría de aquellos dolorosas experiencias.
La mayor parte de esas experiencias se concentran en mi primer colegio, al cual ingresé con la edad de tres años y donde pasé toda mi infancia hasta primero de la E.S.O., curso que repetiría ya en un nuevo colegio. Sinceramente, no quiero echar la culpa de esto a nadie (a veces es tal la frustración y la rabia que me invaden que no puedo evitar culpar de todo a aquellas personas que estuvieron, de un modo u otro, involucradas). El único culpable soy yo, aunque era algo que no podía controlar, y mucho menos hacer algo para cambiarlo; después de todo, era un niño, y tenía una enfermedad de la que todo el mundo -incluso yo mismo- no tenía constancia. Es posible que, algún día, me atreva a hablar de ella con detenimiento...
En numerosas ocasiones, mi madre tenía que venir al colegio a cambiarme de ropa. A diferencia del resto de niños, yo no tenía el "tiempo suficiente" para ir a hacer mis necesidades al baño o, simplemente, no me daba cuenta de ello. Cómo no, todo eso venía acompañado de las típicas burlas de "¡se lo ha hecho encima!", "¡se ha meado encima!"... por parte de toda la clase. Aun así, creo que era tan pequeño que siquiera le daba la más mínima importancia.
Años después, ya bastante avanzada la primaria, me quise apuntar al equipo de fútbol del colegio (en realidad, era un club "privado" pero asociado al colegio) y, bueno, las cosas no mejoraron, más bien todo lo contrario. Mi posición era como portero y, bueno, tuve mi momento de lucided. Recuerdo que en un partido, en medio del partido, tuve la necesidad de ir a mear, a lo que dejé la portería vacía y, bueno, ya os podréis imaginar el resto.... También recuerdo algún que otro entrenamiento en el patio del colegio. Siempre me iba el primero de los entrenamientos, siqueira llegaba a terminarlos, estaba cansado, tenía frío... En definitiva, era una persona muy débil, tanto física como emocionalmente...
En los recreos, la situación no cambiaba mucho. Deambulaba por los patios, si acaso en alguna ocasión tenía un grupito al que acoplarme, pero al final terminaría por darme cuenta de que tampoco era aceptado por ese pequeño grupo...
No recuerdo con certeza los acontecimientos que llevaron a que yo tuviera el mote, pero en la escuela se me llegaría a conocer como "el/la babosa", he de suponer que debido a que, constantemente, se me caía la baba.
Con todo lo que iba suceciendo, podéis imaginaros la opinión que la gente tenía de mí, cómo me veían, cómo se comportaban conmigo... Sin embargo, yo seguía aferrándome a mi inconsciencia sobre mi forma de comportarme, a que era un niño normal como el resto de personas y a que era "aceptado" por los demás.
Cómo no, tampoco soy capaz de olvidar ese "regalo" que me tenían preparado un par de compañeros de clase a la salida de la escuela (una mierda bajo una hoja), las numerosas veces que me han pegado y mi miedo a encontrarme con ellos hasta en la escuela, las veces que me han hecho chupar el suelo, comer hierba...
Por otro lado, mis notas no eran buenas, yo no era buen estudiante (hoy en día, puedo decir que se debía, principalmente, a mi enfermedad, y en una pequeña parte a mi propia actitud y ausencia de fuerza de voluntad). Pese a eso, hasta sexto de primaria había conseguido aprobar todas (ya fuera en junio o en septiembre). Sin embargo, en el año en que di el paso a primero de E.S.O. todo se torció, mi vida y mi propio corazón dieron un vuelco de 360 grados. Empezaba a no sentirme a gusto en el colegio, empezaba a darme cuenta de lo solo que estaba... Aun así, en mi corazón todavía quedaba un pequeño atisbo de esperanza, un pequeño rayo de luz. Desgraciadamente, un día, todo eso murió, ese atisbo de esperanza se rompió en mil pedazos y aquel rayo de luz se desvaneción entre las sombras.
Fue en la clase de educación física. Esta vez, teníamos una actividad inusual: El profesor nos mandó hacer un círculo; hacto seguido, nos dio una hoja de papel a cada uno y nos pidió que escribiéramos en ella nuestros nombres. La actividad consistía en que la hoja pasaría por cada uno de nosotros y en ella cada uno escribiríamos, a modo de lista, lo que cada uno pensaba de la persona propietaria de la hoja. Nunca imaginé que lo que iba a ver en la hoja pudiera herirme tanto... Ni una sola persona había escrito algo positivo de mí, todo era: "es imbécil, un idiota, es feo, retrasado, se comporta como un subnormal, es un payaso, y más cosas que no consigo recordar y que tampoco quiero... Ese día, mi vida se derrumbó para siempre.
Todo lo que he contado hasta ahora, la pasividad total de los profesores (creo que era evidente que debía tener algún problema, mi conducta no era normal)... llevaron a que quisiera cambiarme de colegio. Sin embargo, me atormentaron hasta el último día. Los rumores de que me iba a ir se extendieron, y mucha gente de clase se agolpaba a mi lado expresando falsos sentimientos de pena, pues en el fondo, y no tan en el fondo, se alegraban, y mucho, de que yo me fuera.
Nadie se molestó por mí, nadie quiso ayudarme... Estaba solo en un mundo que no me comprendía y que yo mismo no entendía e incluso odiaba...Aun hoy en día, creo que nadie se ha molestado por conocerme a fondo...
Cuando decidí cambiarme de colegio, pensé que mi vida mejoraría (ahora era consciente de mi TDAH, y pensaba que como la gente no me conocía, sería como empezar de cero...). Estaba demasiado equivocado. Durante los dos primeros años de secundaria, la tormenta no amainó...
24/1/13
Olvido
Constantemente, entramos a la vida de ciertas personas para estar a su lado en aquellos momentos en los que más necesita a alguien, para poder hacer todo lo posible por esa persona... En definitiva, para que ella tenga una mano a donde agarrarse cuando se resbale estando al borde del acantilado.
No obstante, la historia se repite, una y otra vez. Entramos en un círculo vicioso, en una rueda en constante movimiento a lo largo de la vida... Un ciclo llamado olvido. Con esto no quiero dar a entender que esté esperando algún tipo de compensación por ayudar a alguien. Es más, no hay mayor satisfacción que ver la sonrisa de aquella persona que ha derramado lágrimas delante de tus ojos...
Sin embargo, la vida siempre nos muestra la pura realidad, una realidad que, en muchos casos, no es demasiado alentadora. Pasa el tiempo y, por las circunstancias que sean (ni yo mismo las he llegado a comprender en la mayoría de casos), esa persona se va alejando de ti. Cada vez te saluda o te pregunta cómo estás con menos frecuencia, las conversaciones se tornan cada vez más frías y distantes, muchas veces siquera te habla... En definitiva, esa persona te guarda en su baúl de los recuerdos llamado olvido.
Mirándolo desde un punto de vista positivo, siempre me quedará la satisfacción personal de haber hecho, o intentado hacer, algo por esas personas, esa sensación de bienestar por, al menos, no haberme quedado de brazos cruzados ante tales situaciones.
Sin embargo, esta satisfacción, este orgullo, no pueden salvarme del abismo cuando es mi propio pie el que resbala estando al borde de éste. No hay una mano que agarre la mía y evite que sea tragado por la oscuridad...
(...)
No obstante, la historia se repite, una y otra vez. Entramos en un círculo vicioso, en una rueda en constante movimiento a lo largo de la vida... Un ciclo llamado olvido. Con esto no quiero dar a entender que esté esperando algún tipo de compensación por ayudar a alguien. Es más, no hay mayor satisfacción que ver la sonrisa de aquella persona que ha derramado lágrimas delante de tus ojos...
Sin embargo, la vida siempre nos muestra la pura realidad, una realidad que, en muchos casos, no es demasiado alentadora. Pasa el tiempo y, por las circunstancias que sean (ni yo mismo las he llegado a comprender en la mayoría de casos), esa persona se va alejando de ti. Cada vez te saluda o te pregunta cómo estás con menos frecuencia, las conversaciones se tornan cada vez más frías y distantes, muchas veces siquera te habla... En definitiva, esa persona te guarda en su baúl de los recuerdos llamado olvido.
Mirándolo desde un punto de vista positivo, siempre me quedará la satisfacción personal de haber hecho, o intentado hacer, algo por esas personas, esa sensación de bienestar por, al menos, no haberme quedado de brazos cruzados ante tales situaciones.
Sin embargo, esta satisfacción, este orgullo, no pueden salvarme del abismo cuando es mi propio pie el que resbala estando al borde de éste. No hay una mano que agarre la mía y evite que sea tragado por la oscuridad...
(...)
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