Sinceramente, no sé cómo empezar esta entrada. Son tantos los sentimientos que se agolpan en mi interior que me resulta difícil ponerlos en orden...
Nunca esperé expermimentar una sensación parecida, pero, nuevamente, la vida me sorprendió. Fue, si mal no recuerdo, al empezar el segundo semestre de mi segundo año de carrera, en una de las asignaturas que tenía pendientes del año pasado.
Tampoco recuerdo muy bien si fue al entrar yo, al entrar ella... La cuestión es que en el momento que la vi, en el momento en que contemplé su rostro, una sensación de calidez invadió mi cuerpo, penetrando hasta mi corazón... Por el momento, todavía no comprendía el porqué me había sentido y me sentía así, sólo sabía que me gustaba. Sin embargo, me conocía demasiado bien (soy una persona de "enamoramiento" fácil), y sabía/creía que ese sentimiento no perduraría, a parte de por lo que ya he comentado, porque sentía que ella estaba fuera de mi alcance: Diferencia de edad considerable (desde mi punto de vista, es algo indiferente), imposibilidad de acercarme a ella, de presentarme, de entablar conversación (soy una persona demasiado introvertida en lo que a expresar sentimientos del corazón se refiere).
Con el tiempo, se me fue "pasando" ese sentimiento, ese hormigueo en mi interior -también por la de trabajo, preocupaciones, depresiones y demás que tenía encima-. Sin embargo, un WhatsApp de cierta compañera, y amiga, de clase volvió a despertar ese sentimiento, más bien el sentimiento de esperanza, cuando me comentó lo que la había dicho cuando estaba hablando con el grupo de ella, y que me implicaba a mí... Sin embargo, seguía en las mismas: La veía lejos, en un lugar al que mi corazón y mis sentimientos no podrían llegar....
En una de las asignaturas tuve una "oportunidad" para hablar con ella, pues vi que estaba ojeando mi monitor, así que le dije si quería que le pasara los apuntes. Cuando la miré, me puse tenso, y su cara y contestación en ese momento no ayudaron mucho... Al cabo de un rato, me dije: "¡Joder, vaya situación más incómoda acabo de crear así de gratis!".
Cómo no, todo volvió a dar un giro brusco en los acontecimientos. La misma amiga decidió crear un grupo de WhatsApp con las anteriores personas, y en el que yo fui incluido. Ahí ya pude a hablar con ella y, aunque no empezamos más que a decirnos chorradas, fueron esas chorradas las que nos conectaron. A partir de ahí, seguimos y seguimos hablando, incluso los acompañé a comer, estudiar y demás.
Al cabo de varios días, todos los sentimientos que ella había despertado en mi interior rugieron como el fuego, como un fénix de sus cenizas. Nuestros gustos no son exactos (obviamente, cada persona tiene algo diferente, algo especial, algo que hace de esa persona una persona interesante), pero lo mucho que compartíamos (forma de ser, chorradas varias, ciertos gustos, etc.) hizo que me dejara de gustar, pasando a amarla, habiéndome enamorado de ella. Muchas cosas han pasado desde la semana en que la conocí (sí, realmente empecé a conocerla cuando conectamos), y muchas están por llegar....
Cada día que pasa, no hago sino amarla más: Ella ha terminado por sacarme del pozo de oscuridad en que me había hunido, ella ha despertado una sonrisa en mí que jamás pensé que volvería a mostrar...; sin embargo, siento que no soy capaz de hacerla saber mis sentimientos. Tengo miedo que si la abro mi corazón, pierda ese lazo que me une a ella; miedo a descubrir que el lazo no es mutuo, que ella no alberga los mismos sentimientos hacia mí... En definitiva, miedo a perderla (resulta irónico que lo diga; estoy hablando como si me hubiera ganado su corazón). Además, sé muy bien cómo soy en una relación. Todas hasta ahora se han ido al garete, y tengo miedo de que pudiera llegar a pasar lo mismo en caso de que ella me ame, miedo a no ser capaz de cuidarla...
Por otro lado, quiero llegar a conocerla mejor, compartir toda clase de cosas con ella, asentar mis sentimientos y poder llegar a decirla: "¡TE AMO! Desde el día en que te vi, una calidez se apoderó de mi corazón. Te necesito a mi lado, necesito que mantengas viva esa llama que despertaste en mi interior. Quiero coger tu mano y no volver a soltarla jamás. Cuando la coja, ¡NUNCA MÁS te volveré a dejar marchar! ¡No estoy dispuesto a dejarte marchar!".
Por primera vez en mi vida, creo haber encontrado quien podría ser mi alma gemela, alguien que llene el vacío que perdura en mi corazón...
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