Ayer, no salí a cenar porque, sinceramente, pasaba del tema. Prefería quedarme en mi casa. Aun comiéndome la cabeza más que estando fuera de casa, preferí quedarme en ella. Sinceramente, creo que ya me he hartado de todo: de mi vida, de lo que me rodea... En definitiva, de mí mismo.
Diría que después de haberlo meditado mucho he decidido quedarme en casa sin salir (obviamente, por ahí) una temporada, pero ya no estoy seguro de si a lo que ronda por mi cabeza se le puede otorgar el calificativo de "premeditado". Igualmente, lo voy a hacer, y me importa un cojón y medio el resto. Además, no es la primera vez que no salgo de casa. Si me paro a pensar, creo que en toda mi vida he pasado más tiempo en casa que en la calle. Un buen ejemplo es segundo de bachillerato. Los estudios me consumían tanto tiempo que salí creo que cinco o seis veces contadas. Además, me dediqué a los estudios, saqué todo a la primera, y con buenas calificaciones. Y aunque no consiga los mismos resultados que en aquella época, no pienso revocar mi decisión.
Al menos, antes patinaba, salía a la calle, me daba el aire por lo menos. Ahora, simplemente me dedico a salir de un sitio cerrado para meterme en otro y, sinceramente, me estoy empezando a hartar. ¿Por qué? Ni yo mismo lo sé...
Sólo sé una cosa: Estoy hasta los cojones del rumbo que mi vida está tomando.
si no te gusta el rumbo dale una vuelta al timón, a veces no es fácil, tendrás que hacerlo con mas fuerza y decisión, la vida no esta hecha para pasarla entre 4 paredes aunque te encuentres seguro en ellas...
ResponderEliminarpregúntate primero que es lo que realmente quieres, cuando te sientas seguro de ti mismo, capaz de cualquier cosa, realmente estarás viviendo como realmente quieres.
Un viejo amigo
Agradezco mucho tu comentario.
ResponderEliminarUn saludo, viejo anónimo ;)