23/5/17

Para siempre




Me resulta un poco irónico que, tras más de un año, la primera entrada que publique sea para recordar (aunque nunca lo he olvidado ni nunca lo olvidaré) que, tal día como hoy, hace un año me dejaste ya para no volver más.

Sinceramente, creo que no soy capaz de escribir aquí todo lo que me gustaría ni todo lo que siento, pero al menos siento que debía dejar al menos un pedacito de todo lo que te llevaste ese día...








Siempre, siempre, siempre... Siempre te llevaré conmigo, compañero.




17/1/16

Un peludo muy especial...

Sinceramente, rezar siempre me ha parecido una estupidez (ojo, no digo que aquellos que lo hagan sean idiotas -allá cada uno-) y una pérdida de tiempo. Postrarse ante el suelo e implorar algo... No es como si alguien tuviese un micrófono puesto y estuviese escuhándonos, que cuando nos oyese, dijese: "Anda, éste me quiere. Voy a darle al botón mágico para cumplir cosas".
Yo soy ateo; sin embargo, sí que creo en un "dios". De un libro aprendí que no necesariamente tiene que ser una divinidad, una figura todo poderosa. Muchas veces, ese "dios" no es más que un nombre que le hemos dado a lo que reside en nuestro corazón, a nuestros principios... En mi caso, yo le di el nombre de "Gaia".

Llevo desde el lunes entre la espada y la pared, pensando la decisión más importante y crítica para mí desde que tengo uso de razón (y que yo recuerde). El día de mi cumpleaños, por fin, pude adoptar a Jash, mi querido compañero de cuatro patas y apadrinado casi desde que me hice voluntario de la protectora de aquí. Hace poco tuvo una crisis nerviosa, los ojos se le movían todo el rato hacia los lados y no tenía equilibrio, fuerza en las patas...
La veterinaria me comentó tres posibles causas: Golpe muy fuerte en la cabeza, vírico y tumor. Creo que no hace falta decir que en el último caso, la cosa es incurable.
Por lo visto, ha respondido muy bien al tratamiento con antibióticos y demás.

El último día de la revisión por ese problema, le pedí a la veterinaria si podía echarle un vistazo a una "verruga" que tenía bajo la cola. Le echó un vistazo y me dijo: "No es una verruga".
Me dijo que era un adenoma, que tenía toda la pinta de ser benigno pero que podría no serlo, que podría ser maligno. En caso de que fuese maligno, metastatizaría y se extendería a otras partes del cuerpo. En caso de ser benigno, pues le molestaría y demás (sí le molesta y además sangra de vez en cuando). La única opción para quitárselo es una operación donde la anestesia está implicada. Jash es un peludo de 15 años (recíen cumplidos como quien dice, el 1 de enero). Como no estaba tranquilo con eso de operación sin más, decidí pagar las pruebas pre-quirúrjicas para ver si había algun problema o algo. Salieron todas muy bien, demasiado bien para la edad que tiene (incluso la veterinaria me dijo: "Viendo las pruebas, resultaría difícil decir que tiene una afección cardíaca -un soplo-)". Como sabéis, la anestesia tiene sus riesgos, más en perros adultos.

Puesto que estaba planteándome la opción de la operación, decidí preguntar si se podría aprovechar la anestesia para realizar una limpieza dental. Tiene los dientes mal (aunque mejor que cuando lo saqué del refugio) y sangra de las encías (no de normal, pero una pelota de juguete la dejó llena de marcas de sangre). Ya que lo anestesiarían, quería aprovechar la operación para la limpieza (una boca limpia puede prolongar la vida del animal y, seguramente, le haga caso al pienso sin mezclar).

Aun así, como he dicho, el riesgo anestésico está ahí. Aunque la veterinaria me dijo "viendo las pruebas, el riesgo para Jash es el mismo que para un perro sano de 4 años", tengo miedo, muchísimo miedo. No quiero perderlo, no quiero que se vaya así. Sabía cuando decidí que quería adoptarlo en un futuro que, cuando se cumpliese, me estaría llevando a casa a un perro de más de 14 años, pero no es lo mismo perderlo por la edad, poco a poco, que perderlo durante/después de una operación. Yo quiero lo mejor para él. La verruga, salvo que fuese maligna, no es una cuestión de vida o muerte, pero me gustaría quitarle las molestias tanto de la boca como del culo. Si dijese que no lo quiero operar porque me preocupo por él, estaría mintiendo, estaría siendo egoísta. Me estaría preocupando por mí mismo y no por él, pero... Le quiero mucho. Me costó muchísimo convencer a mi familia para volver a meter a un animal en casa, y desde el primer paseo de la Protectora supe que él era especial. Me aferré a la determinación de que lo sacaría de allí como fuese.

Sé que como no sobreviva de la operación me hundiré en un abismo en que nunca he estado antes (y mira que he estado en muchos a lo largo de mi vida).

Quiero lo mejor para él, quiero prolongar su vida lo máximo posible... Tal y como está ahora, está bien. Empieza a socializar con otros perros macho, parece ser que empieza a dar muestras de querer "jugar", etc. Hay tantas cosas que me gustaría verle experimentar, hacer... pese a que sea un perro de 15 años...

¿Y lo del primer párrafo a qué ha venido? Pues a que, expresando lo que siento en mi corazón, me gustaría decir: "Gaia, por favor, no te lo lleves todavía...". El resultado no depende de esas palabras, o de cuánto/cuán fuerte entrelace mis manos... Depende de los veterinarios, depende de la anestesia, depende... de Jash, de su fuerza vital, de su salud, de sus ganas de vivir... Así que, por favor...

Tengo hasta mañana para echarme para atrás, pero creo que la parte de operarlo está más aferrada que la otra. De hecho, nunca he "dudado" sobre mi resolución al respecto salvo cuando me enfrentado a una. No es que esté dudando ahora, que también, pero es que me aterroriza el hecho de perderlo por la operación..., Que igual lo de la boca haga que se ponga malo (las bacterias de los dientes pueden pasar a órganos y demás), que igual la verruga acaba siendo maligna, que igual el perro estaría sin molestias y con una boca de cine para comer y todo... Igual en el peor de los casos viviría, ¿cuánto? ¿un año más? si no le opero y que por querer alargarle la vida ese tiempo pase de año a dos días...


28/2/14

Un corazón...

Sinceramente, no sabría decir el porqué de estos pensamientos, qué ha hecho que lleve  darme cuenta de esto.... Puede que los últimos animes que he visto hayan influido, o también puede que mi soledad y todo el tiempo que paso a solas con mis recuerdos me hayan hecho darme cuenta de que todo esto algún día desaparecerá...

Algún día tendré que madurar aún más; algún día tendré que dejar atrás todos esos paseos nocturnos en solitario a mirar las estrellas, a reflexionar, a recordar, a llorar... Esas noches en las que miraba al cielo estrellado preguntándome quién era yo, preguntándome por qué no encajaba en este mundo, preguntándome si alguna vez volvería a encontrar a ese gran amor que tanto tiempo estuve esperando y que luego perdí... Esas noches de soledad, con mis botas de caña alta y mi abrigo largo ondeando al viento, esperando que alguien puiera seguir la estela de ese negro abrigo y pudiera agarrarla para nunca dejarme marchar.

No digo que la vestimenta vaya a desaparecer. Amo esa ropa, y dudo mucho que la deje aparcada en el armario dentro de unos años. Hablo del conjunto en sí mismo, es decir, de las escenas como si de un anime se tratara...

La verdad es que pensar en ello me produce un sentimiento de incomodidad en mi interior. No soy capaz de explicar el motivo, pero no me siento bien con esos pensamientos. La verdad que esa forma de ser es lo que me define, y supongo que algún día tendrá que cambiar me hace entristecerme también...

Algún día tendré que hacerme adulto. Puede que en un futuro cercano una perrita me acompañe en esas noches de soledad, pero algún día deberé centrarme en mi trabajo, en mi futuro más lejano y, si algún día vuelve darse el caso, en mi familia...
Si uno se para a pensar, lo que hago, mi carácter, mi voluntad... no pegan nada con un padre de familia...

Igualmente, tampoco hay que mirar más allá de lo que nuestro corazón es capaz de comprender. Está bien no anclarse en el pasado, ni tampoco en el presente, pero está bien tenerlos presentes de cara a un futuro, de cara a formar un sendero por el que poder seguir caminando.

Algún día, mi corazón deberá cerrar todas esas heridas; algún día, deberá endurecerse. Si es incapaz de cerrar esas heridas, deberá enterrarlas en el olvido lo más profundo que pueda... Sin embargo, tampoco quiero perder mi esencia, aquello que me ha guiado durante muchos años, mis principios, mis ideales... Puede que tan sólo deba dejarlos dormir...

Algún día, mi corazón dejará guiar mis pasos y yo dejaré de ser Jarlaxxe...

31/12/13

Istumademo sagashiteta kimi ga dake

Pues aquí estamos, escribiendo una entrada en este blog que se convirtió en mi refugio personal (aunque no tan personal) para todas aquellas veces en que necesitaba alguien con quien hablar. Sinceramente, para mí el paso de hoy a mañana, es decir, un nuevo año no tiene ningún significado para mí. Siento que pasamos de un día normal, un día como otro cualquiera, a otro día normal.
No obstante, este año han pasado cosas que me gustaría reflejar aquí, cosas referentes a mi vida...

La verdad que cuando entré a la uni, toda ese esfuerzo, capacidad de trabajo que me caracterizaba y que muchos de mis profesores habían alabado en Bachillerato se fue, por decirlo de alguna forma, por el retrete. A día de hoy sigo sin ser capaz de entender muy bien el porqué, pero supongo que fue por entrar a un mundo totalmente nuevo, totalmente desconocido para mí. Ya no valían las reglas que apliqué en Bachillerato respecto a mi forma de estudiar, respecto a mi forma de ver las cosas... En definitiva, había que madurar otra vez. A priori, mi primer año fue desastroso, hasta el punto de haber suspendido ocho; no obstante, conseguí levantar un poco el vuelo y recuperé cinco. Me dije a mí mismo que eso no podría volver a repetirse; sin embargo, el primer semeste del segundo año fue igualmente desastroso, incluso diría que hasta peor.
Todo cambió en el segundo semestre de ese mismo año, cuando conocí a una personita llamada Lala. Como ya escribí una vez, la primera vez que la vi, su rostro me embriagó una sensación de calidez que nunca antes había sentido; sin embargo, sentía que estaba lejos, fuera de mi alcance (cuán equivocado estaría unos meses después y cuán acertado pasado un tiempo). Me había enamorado, y en ese momento no llegué a imaginar que mis sentimientos serían correspondidos de esa manera. Conecté con ella como no había conectado con alguien en mi vida. Ella y su perrita se llegaron a convertir en mi segunda familia (por no decir mi familia). Cuando estaba con ellas, me sentía realmente como en casa, sentía que por fin había encontrado un hogar. Ella me cambió. Consiguió que me pusiera las pilas, que estudiara... Venía a verme a la biblioteca, venía para que estudiáramos juntos, estudiábamos juntos por las noches (quién lo diría, yo estudiando por las noches...), me regaló un conejito rojo con bombones dentro sin venir a cuento, etc. En definitiva, me cambió. Conseguí aprobar 7 en el segundo semestre, recuperando las pendientes de primero y dejándolo limpio. Conseguí muchas cosas gracias a ella. Nunca antes nadie se había portado tan bien conmigo... Y, pese a esto y pese a haberme dado cuenta aún más después de que se fuera de lo especiales que ellas dos eran para mí, la hice llorar...


Y su perrita, Oli... Hace tiempo mi madre me dijo que los pajaritos me querían mucho (supongo que por las experiencias que tuve con algunas crías), y llegué a pensar que podría tener una conexión, un vínculo con los animales. Nunca llegué a creérmelo del todo; no obstante, sí creía que ese tipo de conexión con los animales podía existir. Y, entonces, la conocí. Lala me dijo que la perrita no se acercaba a los hombres, que siempre se escondía detrás de ella... Y, el día que me invitó a subir junto a su mejor amiga a su casa me sorprendí. No se escondió, casi que vino a saludarme. No obstante, lo que realmente me quedó grabado a fuego fue el día que tocaba marcharse a casa después de haber estado día y medio con ellas dos. En el momento de irme, concretamente cuando estaba subiendo al coche, vi algo que nunca olvidaré, algo que me llegó a lo más profundo de mi ser: La perrita estaba tirando de la correa, tirando de la dueña porque no quería que me fuera... Después, ya en casa, me dijo que ella creía que siempre había existido tal conexión con los animales, que ellos podían saber cuándo una persona era especial, y que ella lo sabía mucho antes que la perrita. No sabéis cuán emocionado y especial me pude sentir en ese momento.

Desgraciadamente, todo se jodió. Fui un gilipollas. Pese a ser mi familia, pese a ser ella la persona más importante de mi vida y con quien quería pasar el resto de mi existencia, la cagué y se alejó de mí... Aun así, algún que otro día pude ver a la perrita antes que se jodiera del todo (aún no llego a enteder el porqué).

Amo a los animales, me encanta la naturaleza... Para mí, los lazos que desarrollé entre los animales se llegaron a convertir en algo más importante que los lazos que pudiera tener con las personas; a fin de cuentas, siempre eran las personas las que me hacían daño... Sinceramente, creo que ella es la única que llegó a entender eso. Siquiera mi familia...

A día de hoy, todavía las echo de menos. Desde lo más profundo de mi corazón, puedo decir que os amé, os amo y os amaré por siempre. Muchas gracias de todo corazón... Dudo mucho que algún día alguien pueda llenar el vacío que dejasteis en mi corazón al marchar...


Cómo no, tampoco me quiero olvidar de los machos y peludos que conocí en mi primer año en la universidad. La verdad que es el primer grupo con el que me siento a gusto y del que no he tenido que irme... ¡Gracias!