17/1/16

Un peludo muy especial...

Sinceramente, rezar siempre me ha parecido una estupidez (ojo, no digo que aquellos que lo hagan sean idiotas -allá cada uno-) y una pérdida de tiempo. Postrarse ante el suelo e implorar algo... No es como si alguien tuviese un micrófono puesto y estuviese escuhándonos, que cuando nos oyese, dijese: "Anda, éste me quiere. Voy a darle al botón mágico para cumplir cosas".
Yo soy ateo; sin embargo, sí que creo en un "dios". De un libro aprendí que no necesariamente tiene que ser una divinidad, una figura todo poderosa. Muchas veces, ese "dios" no es más que un nombre que le hemos dado a lo que reside en nuestro corazón, a nuestros principios... En mi caso, yo le di el nombre de "Gaia".

Llevo desde el lunes entre la espada y la pared, pensando la decisión más importante y crítica para mí desde que tengo uso de razón (y que yo recuerde). El día de mi cumpleaños, por fin, pude adoptar a Jash, mi querido compañero de cuatro patas y apadrinado casi desde que me hice voluntario de la protectora de aquí. Hace poco tuvo una crisis nerviosa, los ojos se le movían todo el rato hacia los lados y no tenía equilibrio, fuerza en las patas...
La veterinaria me comentó tres posibles causas: Golpe muy fuerte en la cabeza, vírico y tumor. Creo que no hace falta decir que en el último caso, la cosa es incurable.
Por lo visto, ha respondido muy bien al tratamiento con antibióticos y demás.

El último día de la revisión por ese problema, le pedí a la veterinaria si podía echarle un vistazo a una "verruga" que tenía bajo la cola. Le echó un vistazo y me dijo: "No es una verruga".
Me dijo que era un adenoma, que tenía toda la pinta de ser benigno pero que podría no serlo, que podría ser maligno. En caso de que fuese maligno, metastatizaría y se extendería a otras partes del cuerpo. En caso de ser benigno, pues le molestaría y demás (sí le molesta y además sangra de vez en cuando). La única opción para quitárselo es una operación donde la anestesia está implicada. Jash es un peludo de 15 años (recíen cumplidos como quien dice, el 1 de enero). Como no estaba tranquilo con eso de operación sin más, decidí pagar las pruebas pre-quirúrjicas para ver si había algun problema o algo. Salieron todas muy bien, demasiado bien para la edad que tiene (incluso la veterinaria me dijo: "Viendo las pruebas, resultaría difícil decir que tiene una afección cardíaca -un soplo-)". Como sabéis, la anestesia tiene sus riesgos, más en perros adultos.

Puesto que estaba planteándome la opción de la operación, decidí preguntar si se podría aprovechar la anestesia para realizar una limpieza dental. Tiene los dientes mal (aunque mejor que cuando lo saqué del refugio) y sangra de las encías (no de normal, pero una pelota de juguete la dejó llena de marcas de sangre). Ya que lo anestesiarían, quería aprovechar la operación para la limpieza (una boca limpia puede prolongar la vida del animal y, seguramente, le haga caso al pienso sin mezclar).

Aun así, como he dicho, el riesgo anestésico está ahí. Aunque la veterinaria me dijo "viendo las pruebas, el riesgo para Jash es el mismo que para un perro sano de 4 años", tengo miedo, muchísimo miedo. No quiero perderlo, no quiero que se vaya así. Sabía cuando decidí que quería adoptarlo en un futuro que, cuando se cumpliese, me estaría llevando a casa a un perro de más de 14 años, pero no es lo mismo perderlo por la edad, poco a poco, que perderlo durante/después de una operación. Yo quiero lo mejor para él. La verruga, salvo que fuese maligna, no es una cuestión de vida o muerte, pero me gustaría quitarle las molestias tanto de la boca como del culo. Si dijese que no lo quiero operar porque me preocupo por él, estaría mintiendo, estaría siendo egoísta. Me estaría preocupando por mí mismo y no por él, pero... Le quiero mucho. Me costó muchísimo convencer a mi familia para volver a meter a un animal en casa, y desde el primer paseo de la Protectora supe que él era especial. Me aferré a la determinación de que lo sacaría de allí como fuese.

Sé que como no sobreviva de la operación me hundiré en un abismo en que nunca he estado antes (y mira que he estado en muchos a lo largo de mi vida).

Quiero lo mejor para él, quiero prolongar su vida lo máximo posible... Tal y como está ahora, está bien. Empieza a socializar con otros perros macho, parece ser que empieza a dar muestras de querer "jugar", etc. Hay tantas cosas que me gustaría verle experimentar, hacer... pese a que sea un perro de 15 años...

¿Y lo del primer párrafo a qué ha venido? Pues a que, expresando lo que siento en mi corazón, me gustaría decir: "Gaia, por favor, no te lo lleves todavía...". El resultado no depende de esas palabras, o de cuánto/cuán fuerte entrelace mis manos... Depende de los veterinarios, depende de la anestesia, depende... de Jash, de su fuerza vital, de su salud, de sus ganas de vivir... Así que, por favor...

Tengo hasta mañana para echarme para atrás, pero creo que la parte de operarlo está más aferrada que la otra. De hecho, nunca he "dudado" sobre mi resolución al respecto salvo cuando me enfrentado a una. No es que esté dudando ahora, que también, pero es que me aterroriza el hecho de perderlo por la operación..., Que igual lo de la boca haga que se ponga malo (las bacterias de los dientes pueden pasar a órganos y demás), que igual la verruga acaba siendo maligna, que igual el perro estaría sin molestias y con una boca de cine para comer y todo... Igual en el peor de los casos viviría, ¿cuánto? ¿un año más? si no le opero y que por querer alargarle la vida ese tiempo pase de año a dos días...